2. Desafíos emergentes 2020



Imagen

 

La actual pandemia grave de síndrome respiratorio agudo-coronavirus 2 (SARS-CoV-2) ha causado más de 500,000 casos detectados de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y se cobró más de 20,000 vidas en todo el mundo a partir del 26 de marzo de 2020[1]. La experiencia de China, Italia y los Estados Unidos demuestra que COVID-19 puede abrumar incluso las capacidades de atención médica de las naciones con recursos suficientes[2]. Sin tratamientos farmacéuticos disponibles, las intervenciones se han centrado en el rastreo de contactos, la cuarentena y el distanciamiento social. La intensidad requerida, la duración y la urgencia de estas respuestas dependerán tanto de cómo se desarrolle la onda pandémica inicial como de la dinámica de transmisión posterior del SARS-CoV-2. Durante la ola pandémica inicial, muchos países han adoptado medidas de distanciamiento social y algunos, como China, las están levantando gradualmente después de lograr un control adecuado de la transmisión. Sin embargo, para mitigar la posibilidad de resurgimiento de la infección, pueden requerirse períodos prolongados o intermitentes de distanciamiento social. Después de la ola pandémica inicial, el SARS-CoV-2 podría seguir a su pariente genético más cercano, el SARS-CoV-1, y ser erradicado por medidas intensivas de salud pública después de causar una epidemia breve pero intensa[3]. Cada vez más, las autoridades de salud pública consideran que este escenario es poco probable[4]. Alternativamente, la transmisión del SARS-CoV-2 podría parecerse a la de la gripe pandémica al circular estacionalmente después de causar una ola global de infección inicial[5]. Tal escenario podría reflejar la aparición previa de coronavirus humanos conocidos de origen zoonótico, por ejemplo, coronavirus humano (HCoV) OC43[6]. Distinguir entre estos escenarios es clave para formular una respuesta de salud pública efectiva y sostenida al SARS-CoV-2.


Es urgente entender el futuro de la transmisión del SARS-CoV-2. Para ello, se utilizan estimaciones de estacionalidad, inmunidad e inmunidad cruzada para los betacoronavirus OC43 y HKU1 a partir de datos de series temporales de los EE. UU. Para formar un modelo de transmisión de SARS-CoV-2, se realizó una proyección para cual se tomaron datos de los brotes recurrentes de SARS-CoV-2 durante el invierno (únicamente del mes de diciembre-enero), sin embargo, probablemente ocurrirán  más eventos después de la onda pandémica inicial más grave, por lo que tendrán que hacerse más ajustes para tener una proyección confiable. 

En ausencia de otras intervenciones, una métrica clave para el éxito del distanciamiento social es si se exceden las capacidades de atención crítica. Para evitar esto, el distanciamiento social prolongado o intermitente puede ser necesario en 2022. Las intervenciones adicionales, incluida la capacidad de atención crítica ampliada y una terapéutica efectiva, mejorarían el éxito del distanciamiento intermitente y acelerarían la adquisición de la inmunidad colectiva. Se necesitan con urgencia estudios serológicos longitudinales para determinar el alcance y la duración de la inmunidad al SARS-CoV-2. Incluso en el caso de una eliminación aparente, la vigilancia del SARS-CoV-2 debe mantenerse, ya que un resurgimiento del contagio podría ser posible hasta 2024[7].



La comunidad científica para lograr ganar esta guerra, deberá resolver:



• Fisiopatología relacionada con COVID-19 en diferentes órganos (por ejemplo, pulmón, corazón, cerebro, intestino) y biomarcadores de evolución de la enfermedad, especialmente para pacientes con mal pronóstico.

• Avances en el diagnóstico y tratamiento de COVID-19, incluido el estudio de su fisiopatologías utilizando técnicas de imagen para la detección y el diagnóstico.

• Mecanismos moleculares de progresión de la enfermedad, patología, diagnóstico y tratamiento. Esto incluye avances en los mecanismos de defensa innatos y adquiridos contra el coronavirus (vía del interferón, respuestas citotóxicas, respuestas de anticuerpos), estudios de simulación estructural y molecular de las interacciones huésped-patógeno del coronavirus y susceptibilidad genética del huésped hacia COVID-19

• Detección mediante secuenciación de próxima generación (NGS), detección inmunológica de IgM e IgG, reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa (RT-PCR) y ensayos de PCR digital (dPCR) para pruebas COVID-19, diagnóstico y desarrollo de vacunas.

• Estudios genómicos funcionales y genéticos humanos en cohortes de población y pacientes con el objetivo de comprender los mecanismos que regulan la susceptibilidad y gravedad de COVID-19, estudios genómicos funcionales y genéticos humanos para informar la eficacia y seguridad de los medicamentos para posibles tratamientos con COVID-19 y genómica comparativa o estudios genéticos comparativos para evaluar las interacciones del genoma del virus del huésped en el contexto de la susceptibilidad y gravedad de COVID-19

• Estudio de modelos animales susceptibles a la infección por coronavirus; reutilización de fármacos, terapias antivirales contra la nueva pandemia de coronavirus y desarrollo de vacunas para el coronavirus, así como biomarcadores de respuesta a fármacos en pacientes con COVID-19 y administración localizada, sensible al tiempo y específica de fármacos específicos

• Los compuestos activos y sus mecanismos en el contexto de la farmacología preclínica y clínica de fármacos para el tratamiento de la enfermedad asociada a COVID-19.

• Resultados de tratamientos centrados en el paciente y aspectos regulatorios de medicamentos.

• Aspectos toxicológicos relacionados con nuevos enfoques terapéuticos para combatir el nuevo coronavirus.

• Tratamiento del nuevo coronavirus, específicamente ensayos basados ​​en CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats, o Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente).

• Enfoques bioinformáticos en el análisis de datos de pacientes COVID-19 y el análisis de mutaciones virales

• Uso de big data e inteligencia artificial en la gestión de COVID-19 y desarrollo de fármacos.



[1] World Health Organization, Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Situation Report – 66 (WHO, 2020); https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/situation-reports/20200326-sitrep-66-covid-19.pdf?sfvrsn=9e5b8b48_2.

[2] R. Li, C. Rivers, Q. Tan, M. B. Murray, E. Toner, M. Lipsitch, The demand for inpatient and ICU beds for COVID-19 in the US: lessons from Chinese cities. medRxiv 2020.03.09.20033241 [Preprint]. 16 March 2020; .doi:10.1101/2020.03.09.20033241

[3] . L. Heymann, J. S. Mackenzie, M. Peiris, SARS legacy: Outbreak reporting is expected and respected. Lancet 381, 779–781 (2013). doi:10.1016/S0140-6736(13)60185-3pmid:23668493

[4] Centers for Disease Control and Prevention, Transcript for the CDC Telebriefing Update on COVID-19 (CDC, 2020); https://www.cdc.gov/media/releases/2020/t0225-cdc-telebriefing-covid-19.html.

[5] P. S. Wikramaratna, M. Sandeman, M. Recker, S. Gupta, The antigenic evolution of influenza: Drift or thrift? Philos. Trans. R. Soc. B Biol. Sci. 368, 20120200 (2013). doi:10.1098/rstb.2012.0200pmid:23382423

[6] L. Vijgen, E. Keyaerts, E. Moës, I. Thoelen, E. Wollants, P. Lemey, A.-M. Vandamme, M. Van Ranst, Complete genomic sequence of human coronavirus OC43: Molecular clock analysis suggests a relatively recent zoonotic coronavirus transmission event. J. Virol. 79, 1595–1604 (2005). doi:10.1128/JVI.79.3.1595-1604.2005pmid:15650185

[7] M. U. G. Kraemer, C.-H. Yang, B. Gutierrez, C.-H. Wu, B. Klein, D. M. Pigott, L. du Plessis, N. R. Faria, R. Li, W. P. Hanage, J. S. Brownstein, M. Layan, A. Vespignani, H. Tian, C. Dye, O. G. Pybus, S. V. Scarpino, Open COVID-19 Data Working Group, The effect of human mobility and control measures on the COVID-19 epidemic in China. Science 368, eabb4218 (2020). doi:10.1126/science.abb4218pmid:32213647

 

 

_______________________________________________________________________________________

Autores:

Eduardo Ochoa Hernández
Gladys Juárez Cisneros
Nicolás Zamudio Hernández
Lizbeth Guadalupe Villalon Magallan
Rogelio Ochoa Barragán