Aprender a emprender
Gestión de proyectos
4. Contra el tiempo, el conocimiento
Un objetivo de la empresa moderna, es hacer en el proceso de capital, de un movimiento en anhelo de más dinero a una velocidad mayor en cada paso. La ganancia es signo de éxito, pero recientemente este hombre biológico, busca ante su limitada existencia acelerar las ganancias como productividad, así que, intentara librarse de todo aquello que resulte inadmisible para acelerar por enésima vez la velocidad inmediata en la circulación del proceso invertir y ganar.
Pero más allá del tiempo, esta la complejidad como factor clave en toda empresa, a mayor complejidad enfrentada mayor ganancia. Un error del emprendedor es caer al reduccionismo de la realidad: dividir todas las dificultades como sea posible y todo lo que se requiere para resolver de la mejor manera un problema, intentando dirigir el pensamiento de objetivos simples y gradualmente paso a paso a lo más complejo. Por supuesto que el reduccionismo trajo grandes logros, sobre todo en el siglo XIX, pero al mismo tiempo quedo mudo para abordar fenómenos complejos. El caso opuesto considera que el todo es mayor que sus partes, casos como la economía evolutiva, las redes de datos pueden surgir de grandes colecciones simples.
Los emprendedores modernos rápidamente se dieron cuenta de que la complejidad de la vida moderna ya no puede ser ignorada, esta requiere un entendimiento interdisciplinario basado en conceptos que no se han inventado. La empresa moderna no tiene solo que lidiar con la velocidad de circular del modelo inversión-ganancia, reconoce promover equipos de trabajo de responsabilidad compartida, basados en la confianza y el reconocimiento. Esto contrasta con la improductiva empresa de polarización de jerarquía, cimentada en la individualidad intelectual de tareas.
La economía es un sistema complejo que consiste en grandes redes de componentes individuales, cada uno siguiendo típicamente reglas simples sin control central o líder. Y es la acción colectiva de gran número de componentes da lugar a lo complejo, eso difícil de predecir y cambiar patrones de comportamiento. Todos los individuos del sistema complejo producen señales e información de sus entornos internos y externos. Todo el sistema se autoreorganiza, es decir, su comportamiento se adapta mutuamente para sus mejores condiciones de supervivencia o éxito, a través de procesos de aprendizaje o evolución.
Si la economía es como la organización de las neuronas del cerebro, el emprendedor debe adoptar sus ideas a un escenario emergente (con cambios imprevistos) y una autoorgnización no trivial de los ajustes necesarios para el cálculo de sus objetivos. La complejidad requiere de conocimientos fiscales, contables, informáticos, mercantiles, publicitarios, científicos y técnicos específicos. Así que la complejidad nos exige trabajo en colaboración, para adaptar cada paso en términos de las maneras en que la economía pueda cambiar su comportamiento, del tipo de predicciones dependerán en mucho el éxito de la empresa.
Quizá alguien en este punto, considere que es demasiado el valor que en este texto se da a la complejidad como favor de la cultura emprendedora moderna, de no hacerlo nuestra sociedad solo aspirará a empresas de carácter artesanal y pequeñas de orden familiar.
La mente humana no es como una computadora de escritorio, diseñada para sostener paquetes de aplicaciones informáticas. La mente es un solucionador de problemas flexibles que evoluciona para extraer solo la información más útil para orientar decisiones a nuevas situaciones. Como consecuencia, los individuos almacenan muy poca información sobre el mundo en sus cabezas. Es este sentido, las personas son como las abejas y la colmena la sociedad, nuestra inteligencia reside no en los cerebros individuales, sino en el conocimiento de la mente colectiva de la sociedad: la literatura. Para funcionar, los individuos confían no solo en el conocimiento almacenado dentro de nuestro cráneo sino también en el conocimiento de otras personas dado directamente o mediado por la literatura. Cuando se pone todo junto, el hombre es increíblemente capaz de realizar lo imposible.
Los grandes proyectos no son de una sola persona, están implicadas muchas otras con diversos conocimientos y formas de pensar. En proyectos de gran calado para la sociedad, las personas involucradas muchas veces no tienen el conocimiento total necesario para comprender la tarea compleja involucrada. La mayoría de las cosas son complicadas, incluso cosas que en apariencia son simples. Simplemente el conocimiento detallado de lo que implica un teléfono inteligente para su fabricación o funcionamiento interno, seguro escapa de todo nuestro entendimiento en lo individual. Hay en él útiles, cosas estéticas, y otras esenciales y sin ellas las cosas nos serian realmente necesarias. Alguien nos dice que para poner un restaurante y tener éxito, se requiere de simples conocimientos dado que eso es lo que percibimos como comensales. Pero un restaurante es algo interdisciplinario para poder tener éxito, todo mundo entiende como usar un inodoro, pero casi nadie sabe el diseño de la física implicada en su idea. Nadie podría ser un maestro de todas las cosas, incluso los objetos más simples requieren de redes complejas de conocimiento para fabricar y utilizar las herramientas que le dan forma. La mayoría de la gente no puede decir como funciona un automóvil de combustión interna, mucho menos algo tan complejo como el amor romántico.
El punto no es que la gente sea ignorante. Es que las personas son más ignorantes de lo que piensan que son. Todos sufrimos, en mayor o menor medida, de una ilusión de la comprensión de como funcionan las cosas, cuando en realidad es pobre nuestra comprensión. Este es el asunto importante para un emprendedor, no puede confiar en esa ilusión para hacer una empresa.
Algunos de ustedes podrían estar pensando, “bueno, no sé mucho sobre como funciona tal cosa, pero no vivo en una ilusión. Y no soy ingeniero o científico. No es importante para mí saber esas cosas. Sé lo que tengo que saber para seguir a lo largo de la vida y tomar decisiones buenas”. Preguntarnos con honradez ¿Qué dominio del saber es en el que destacamos? ¿Se dé historia de ese dominio? ¿Conozco su rol económico? ¿Realmente entiendo el contenido dentro de esta mi área a detalle o solo conozco definiciones y modos superficiales de operar las cosas?
Podrán darse cuenta hay muchas dudas, es porque nadie tiene el tiempo para aprenderlo todo. Solo nos damos cuenta que apreciamos la superficie de las cosas. De hecho, como usuarios de las cosas, la mayoría de esos conocimientos son un montón de asociaciones vagas, sin detalles del diseño oculto y sin desglosar su analítica como sistema. Entonces, ¿porqué no nos afligimos de nuestra ignorancia?, y ¿por qué pensamos que dominamos el conocimiento de tantas cosas? Esa ilusión nos representa al mundo de manera simple, y no de manera racional deductivamente para cada uno de sus atributos. Esa trampa, ocasiona que el emprendedor no revise la literatura en busca de los secretos íntimos de las cosas, y ello lo conduce al fracaso o a un golpe efímero puro de suerte. Pero aún en la suerte, se necesita conocimiento para reconocer el éxito, no pude solo ser dinero.
Esa ignorancia se oculta, para no volvernos agentes sin acción. Algo así como la evolución de los primeros organismos vivos. Organismos cuyas acciones eran más eficaces, justificaron su existencia en condiciones de ambientes dinámicos de un mundo complejo. La mejor facultad identificada para adaptarse a un mundo complejo de determinadas circunstancias, es la mental, que procesa la información para toma de decisiones. Un emprendedor como primer paso deberá emplear este recurso único de nuestra especie, en él aprenderá procesos mentales racionales para seleccionar apropiadamente alternativas de solución a problemas. La memoria de reporte de experiencias puede ayudar a indicar las acciones que han sido más eficaces en condiciones similares, razonamiento que predice hipotéticamente que sucedería bajo nuevas ideas. La capacidad de pensar ampliamente sustenta la eficacia de la acción humana. En ese sentido, el pensamiento del emprendedor, es una conexión de la acción de otros que le preceden y su condición creativa.
No es nada sencillo entender como realizamos la acción de pensar. Pero la técnica en la ingeniería o la teoría en la ciencia se trata de razonamientos de cómo funciona el mundo, sobre la causalidad de los fenómenos. Las predicciones asombrosas de estas ramas del saber humano, deberían bastar para convencer al emprendedor de revisar a fondo en la literatura cada detalle como sea posible, para proponer con objetividad una solución de progreso ético. Nuestro proceso de pensamiento, está registrado en los libros de tantas disciplinas, tenemos a favor nuestro lenguaje y nuestras emociones para gestionar las tareas necesarias, para comprender hasta donde nos sea posible el fondo del cómo funcionan las cosas del mundo.
Si eres alguien que le interesa como funcionan las cosas, esa curiosidad ya es un paso adelante, respecto de sus posibles competidores. Abrir un aparato y buscar las principales partes, averiguar en la literatura los principios sobre los que se explica cómo funciona, usted sabrá con esta pequeña investigación, algo por encima de la media de las personas. Su comprensión causal (causa y efecto) le instruirá a buscar información y una vez que tenga la radiografía de las ideas involucradas, la mente podría construir una nueva alternativa, es decir, una invención.
No necesitaríamos de tantos pensadores competentes en cada detalle de las cosas, si asumimos en confiar solo en el limitado almacenamiento de nuestra cabeza. El secreto de los emprendedores es que viven en un mundo en el que el conocimiento es todo alrededor de nosotros, pero para verlo, requerimos de hacernos del lenguaje adecuado leyendo y releyendo la literatura pertinente, y este lenguaje es propio de alguna comunidad de conocimiento.
Tenemos acceso a enormes cantidades de conocimiento que está en la mente de otras personas. Pero son los libros la más rica fuente de información tácita que la humanidad posee. Ahora mismo en Internet está este acervo. En resumen, para aumentar la velocidad inversión-ganancia, la palanca de fuerza es el conocimiento de los detalles de las cosas.
Los seres humanos han dividido sus trabajos cognitivos, desde el comienzo de la civilización las personas han desarrollado diversas vías de conocimiento, en distintos grupos disciplinares, clanes o en sociedad. Se han convertido en expertos en agricultura, carpintería, medicina, alfarería, herrería, cocina, lucha, música, matemáticas, artes, entre muchas disciplinas de conocimiento. Un individuo puede tener algo de experiencia en más de una especialidad, pero nunca en todas, nadie ha sido capaz de hacerlo. Por lo que se hace necesario para el progreso, valorar la importancia de la colaboración. Está más que probado, que es una ventaja vivir en grupos sociales, para que sea fácil compartir nuestra habilidad y conocimiento. No es de extrañar que somos capaces de identificar lo que está en nuestra cabeza versus lo que está en la de otros, porque somos parte de la civilización.
Nuestro tiempo, rodeado de entero de mares de conocimiento. Indicios de un mundo nuevo que no termina por mostrarse en completo. Ese mar tiene muchas voces y vigilantes a la espera de piezas claves del nuevo reloj de la sociedad. Ya nadie soporta vivir en las ruinas de un modo de vida agotado, de presencias fantasmales en rutinas laborales casi de loca esclavitud consentida, son la decadencia. La muerte por falta de conocimiento es más evidente. Los profetas de esta decadencia, aseguran que la literatura se cerrará y la paz de lo audiovisual divorciará el acto de pensar y de sentir. Imágenes 3D intentan decirnos que la literatura ya no es necesaria. En escuelas se pretende educar sin ella. Los falsos emprendedores quieren que las ideas surjan sin la presencia de la literatura. Así es en este mundo la nueva palabra, que está desnuda y vacía, la multimedia es una forma de intento por sustituir la forma de pensar más eficaz de los últimos 5000 años, la escritura.
Sin embargo, comunicar conocimientos y destrezas resulta más difícil de lo que parece. Las personas no se conectan como las máquinas para comunicarse entre ellas usando cables por ejemplo. Pero los humanos, es a través de la capacidad de colaborar, conscientes unos de otros y con el compromiso de objetivos comunes, que intercambian la comunicación en un lenguaje con intencionalidad de colaborar. Si bien nuestras cabezas delimitan a los cerebros, el intercambio de nuestros conocimientos puede darse cara a cara, o mediado por la literatura.
Pero hacer que la literatura sea una imagen del conocimiento, no es cosa fácil, sin embargo, representa la manera más respetable de un trabajo riguroso, objetivo y serio. Para participar en una comunidad de conocimiento, es decir, aprender de aquellos que en sus mentes reside la experiencia, desde luego, cómo saber lo que las personas representan en términos de sus conocimientos. Al no saber sobre el conocimiento de las personas, subestimamos lo que saben y requerimos interactuar para explorar esas virtudes. En este punto, las propias personas representan para nosotros una ilusión de lo que son en realidad a modo de conocimiento. La naturaleza del pensamiento puede ser mostrada fuera de nuestras mentes a través de lo que somos capaces de intervenir en una realidad y por la escritura de este acervo mental. Con frecuencia al escribir las ideas es cuando nos damos cuenta que no sabemos sobre alguna cosa. Esto resulta de gran importancia, porque vivimos bajo la ilusión del conocimiento porque somos capaces de dibujar una línea precisa entre lo que está en la mente y lo que está fuera.
Comprender cómo comunicar lo que está en la mente, puede ofrecernos mejores maneras de acercarnos a colaborar frente a problemas más complejos. Este hecho nos enseña los límites de nuestra comprensión y debería ser suficiente para hacernos humildes, y abrir nuestras mentes a ideas y formas distintas que tienen las personas para ver un mismo problema. Cuando alguien nos ofrece lecciones sobre cómo evitar malas decisiones, puede permitirnos mejorar nuestras malas ideas, evaluar y replantear desde la literatura, se requiere mucha experiencia para comprender realmente las consecuencias de asumir una determinada posición, y los conocimientos incluso pueden no ser suficientes para inventar alternativas. Abunda la complejidad en casi todo lo que nos rodea, si todo el mundo entendiese esto, nuestra sociedad sería probablemente menos polarizada. Casi siempre las discusiones resultan estériles, cuando estas nos están fundamentadas en conocimientos rigurosos.
En lugar de prepararse más profundamente sobre las ideas que se intentan mejorar, un error común es que las personas se aferren a uno u otro dogma social. Porque nuestro conocimiento se enredó con el de los demás, no significa que de estas discusiones no se cree una comunidad de conocimiento que asuma compromisos y actitudes de colaboración. Es difícil entre colaboradores que la luz de la literatura se deba rechazar algunas opiniones evaluadas y que carecen de sustento. Aprendiendo la naturaleza de escribir para compartir las ideas, este proceso debe hacernos más realistas sobre lo que están determinando nuestras creencias y valores.
Todos hemos tomado decisiones que en el lapso del tiempo y la reflexión, para nada nos sentimos orgullosos de ellas. Se trata de errores que pudieron haberse evitado si hubiéramos abierto nuestra mente a consultar con otras mentes que siempre las habrá con mayor experiencia. La literatura nos revela los sesgos en cómo vemos el mundo. A la gente le encanta glorificar soluciones del pasado y negar la necesidad de contar con nuevas ideas para un mundo distinto que cambia inadvertidamente rápido. La verdad es que el mundo real es así, se requiere pensar en equipo y actuar como grupo de diversas disciplinas. Es mejor que el grupo sea de diferentes campos del saber, una vez que se comience a apreciar el conocimiento que esta fuera de nuestra propia mente, el trabajo comenzara a centrarse en lo que como grupo puede hacerse.
La humildad de reconocer nuestras limitaciones de conocimiento, convierte a cada problema complejo en un esfuerzo de colaboración en el que se comparten compromisos. Un grupo de colaboración eficaz, es un grupo de conocimiento en el que la comunicación de las ideas esta arbitrada por el fundamento que cada una de ellas representa, sin caer en el individualismo de imponerlas. Esto significa que las contribuciones que hacemos como individuos dependen más de nuestra capacidad de trabajar con otros al socializar las ideas, la inteligencia individual se potencia cuando estamos pensando con los demás, cara a cara, o mediados por literatura. Esto no es algo nuevo para los emprendedores más exitosos, pero la educación clásica no nos extrema para razonar, discutir y componer ideas en colaboración. De nuestra forma de argumentar dependen íntimamente las nuevas ideas que seamos capaces de crear.
Las personas cuando leen sobre el problema que intentan resolver, está demostrado que se autocalifican esencialmente ellas mismas, diciendo: sé menos de lo que pensaba. Es notable lo fácil con que nos autoengañamos simplemente intentando abordar una cosa en la cual solo hemos sido usurarios y no diseñadores. Nosotros subestimamos la comprensión necesaria para encontrar ideas robustas, en otros casos, más grave aún, por pereza evadimos nuestra responsabilidad de contar con sólidos conocimientos sobre una cosa que se pretende proyectar como progreso ético.
La original revolución en la tecnología de la información vino con el circuito integrado llamado microprocesador, objeto equivalente a la imprenta en términos de lo que cambió la sociedad por el invento de Gutenberg en 1440. La civilización repentinamente paso de lentos avances familiares científicos, técnicos y económicos, a un crecimiento exponencial de carácter institucional, empresas e industrias de todo tipo fueron los modelos de organización humana para la colaboración disciplinar. La imprenta hace creer al hombre que su destino está en el conocimiento que puede comunicar y procesar en colaboración objetiva, es decir, en grupos de humanos con compromisos administrados, todos ellos sobre objetivos mayores a lo posible dado por la individualidad humana. Pero imaginemos cómo este invento irrumpió en la sociedad.
Un libro era copiado a de mano a mano, con los eventuales errores de transcripción ya que fueron copias de copias. Los errores multiplicados y transformados a través de cada generación lo que ocasionó problemas de objetividad. El costo de los escribas por página, para darnos una idea, un libro de 200 páginas como éste, costaría producir cada copia unos $800.00, pagando $4 pesos la página. Distribuir este objeto y almacenarlo representó un desafío mayúsculo. Además, acumular conocimiento y preservarlo registrado se presentó el problema de la edad de envejecimiento de tinta y papel.
La búsqueda de nuevo conocimiento en la época de Gutenberg, parecía un acto inútil para cambiar la sociedad. Si hoy sentimos una sensación de impertinencia dado que las cosas cambian tan rápido que nuestra generación literalmente está saturada de información. La imprenta reduce aproximadamente 300% el valor de producir una copia de libros y en el primer siglo las ciudades vieron multiplicar al libro con tiendas y editoriales que acumulaban y valoraban las necesidades públicas de conocimiento. La cantidad de información relevante para el desarrollo humano fue aumentando, y la Biblia que fue el primer libro occidental con éxito, pronto dejo paso a libros de ideas de corte no religioso, nuestra comprensión de las diferentes comunidades de conocimiento pronto nos hace ver que nuestra capacidad de comprensión en diferentes campos disciplinares nos era imposible. Un problema nuevo surge, es distinguido como la capacidad para sintetizar, criticar, resumir, ensayar y reescribir nuevo conocimiento. Paradójico resulta que el aumento de conocimiento sobre líneas del saber no religioso, ocasiona el aislamiento de comunidades de conocimiento en nichos de la realidad más compleja científica, literaria y técnica, ellos ignorando el resto del saber formaron élites intelectuales y dieron paso a universidades disciplinares (de profesiones muy diversas).
Al principio la evangelización occidental fue el mayor cliente de la imprenta. Pero esto cambio muy rápido, cuando el poder de la ciencia y la técnica manifestó su potencial económico, militar y de un progreso concebido en el materialismo instrumental basados en ciudades y medios de comunicación. En este comienzo Galileo compartía sus hallazgos científicos (bajo censura) y el propio Shakespeare producía sus obras, con el ideal del destino como un drama. El progreso para él fue una tragedia por la brecha entre consciencia humana científica y las personas bajo ideas de control que solo alzan metas de sobrevivencia biológica. Generalmente las élites más cultas, disfrutaban de las virtudes de la creatividad que dan la soberanía intelectual apoyada en la literatura. Shakespeare a través de la voz de Cicerón, nos advierte que la riqueza de la información, pasa por reconocer dentro de ella, aquello que solo nos entretiene su superficialidad y jamás es un viaje verdadero a lo profundo del conocimiento. El hombre como propio Dios de su destino fue ganando valía entre las comunidades del conocimiento, impulsadas por intereses económicos y militares. El destino, es un pronóstico que por lo general implica planificación de análisis de las condiciones de incertidumbre de una sociedad. Destino se relacionó con el progreso de la actitud de prudencia intelectual, sabiduría estadística y laboriosidad técnica de la productividad. Max Weber consideró que el capitalismo y su noción de revolución industrial fueron una apuesta a un destino de progreso planificado en el conocimiento disciplinar y predijo que este aprovechamiento haría más y más especializado el conocimiento de las comunidades, al grado de que este factor se volvería el pilar del progreso de las sociedades modernas.
La revolución industrial surge en países con una franca apuesta a la ilustración, es decir, el poder de la razón humana para el progreso virtuoso. Gran parte de los países laicos o protestantes, con prensa libre, donde ideas religiosas y científicas podían fluir libremente en ellos. Es difícil decir sobre la importancia de la revolución industrial. Pero su esencia fue sostener un ritmo acelerado de la población mundial, crear más riqueza económica, permitir la colaboración mundial de recursos y cimentar el desarrollo social en ciudades y democracias basadas en juicios de conocimiento científico y técnico. Pero fueron las guerras mundiales las que presionaron por hacerse de mayor conocimiento con el fin último de crear un equilibrio de paz.
El peligro fue y es ahora mismo, que la cada vez más creciente información supere nuestra comprensión de los detalles de las cosas que nos rodean, al grado de que no seamos capaces de procesar la información en conocimiento útil, dando pasos atrás en términos de ignorancia del colectivo social.
En los años 70’s aparece un término muy relevante para nuestro tiempo actual, el término “envejecimiento de la información”. Con la aparición de la informática y la comunicación global a través de comunicaciones en redes digitales, la colaboración intelectual de problema, provoca que cada 5 años se renueve en su totalidad el conocimiento de las cosas. Además, hablar de progreso en la sociedad capitalista actual, es referirlo al capital de conocimiento que produce su sociedad, el progreso del conocimiento científico y técnico mide hoy el desarrollo económico de una sociedad. Es medido en factores de producción de patentes, artículos científicos, producción de literatura académica, es decir, por el factor creativo de la educación de sus ciudadanos. La sociedad es vista como ciudadanos emprendedores, que sugieren utilizar información con prudencia, para identificar su relevancia, objetividad, impacto y vigencia. El continuo progreso inventivo de los emprendedores, si bien hacen más digna y emocionante la vida humana, también le inyecta una fuerte dosis de incertidumbre para planear a largo plazo. Ahora este fenómeno se le llama Big Data, IBM estima que el mundo genera al día 3 quintillion’s de bytes en 2016 (que son unos 3 Exabytes), solo en 2001 la web representaba unos 91000 TeraBytes y el tráfico de Internet en 2015 de más de 80EB (fuente: WolframAlpha). Este crecimiento de información, no solo representa conocimiento valioso, está lleno de ruido, basura o distracciones superficiales de las cosas. El emprendedor se enfrenta a discriminar dentro de este Big Data, separando el conocimiento objetivo relevante, vigente, pertinente al problema explorado. Antes que exigir más sobre la calidad de la información requerida para nuestro proyecto, debemos exigirnos más a nosotros mismos para el manejo de revisiones de literatura, producción de síntesis, resúmenes, reseñas, análisis de ensayo de tópicos de estudio.
Los emprendedores modernos en su trabajo de hacerse de conocimientos, se parecen más en su trabajo al de un meteorólogo, que tiene que manipular enormes cantidades de información de un ámbito complejo y ser capaces de acertar en sus pronósticos futuros con precisión útil para el desarrollo humano. No solo estos meteorólogos fallan, los economistas han fracasado varias veces en sus predicciones, baste con ver las últimas crisis económicas globales. Debemos ser capaces de vivir con estos errores insalvables para los emprendedores, pero estos deben inventar nuevos y más eficientes modelos de predicción, que seguirán sin duda alguna fallando para lo imprevisto en su naturaleza. De no ser lectores habituales del nicho de conocimiento de nuestra disciplina y un poco de las que interactúan con la nuestra, de antelación este mundo global de conocimiento, nos hará incapaces de adaptarnos y predecir las oportunidades de progreso moral. Big Data es una oportunidad para la justicia social, al democratizar el conocimiento, para ellos la educación debe enfrentar este desafío con una mayor y más rigurosa formación de las habilidades del pensamiento humano. Big Data nos dice que esta era de la información, es la era del desarrollo cognitivo de nuevas formas de pensar. Lejos esta la era industrial que valoró al hombre en términos de la memoria, es decir, capaz de recordar información y dominar procesos mecánicos de todo tipo.