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1. La ciencia en la lectura


La literatura es un medio que produce verdades fuera de la base axiomática de las matemáticas, esa verdad, es el conocimiento de lo humano, expresado de forma maestra por la poesía. Leer lo literario es hacernos más humanos.


La adquisición de la lectura, requiere instrucción explícita y años de práctica, es acompañada de una remodelación gradual de las redes cerebrales existentes, para la percepción visual y del lenguaje[1]. Durante esta reorganización cerebral, en las regiones visuales de orden superior en el occípito ventral (izquierdo), la corteza temporal se especializa cada vez más en la percepción visual del texto. Además, las redes temporales superiores, parietales inferiores y frontales que median las funciones del lenguaje multimodal, se vinculan estrechamente con estas regiones visuales[2], creando nuevas asociaciones intermodales[3]. En consecuencia, se ha sugerido que la red de lectura del cerebro se forma alrededor del establecimiento de mapeos neuronales robustos y automáticos de símbolos visuales (letras, palabras) en las representaciones del lenguaje correspondientes (fonemas, palabras[4]). El sonido de las palabras en la mente, es posible que sea un mecanismo de plasticidad cortical auditiva, que puede ser fundamental para la formación de estos mapeos de texto[5].


La pedagogía de multitareas es la respuesta al contexto moderno social y tecnológico, en que el aprendizaje ocurre en lecturas de saltos entre múltiples canales de comunicación. Desde un procesador de texto al escribir o desde una tableta al leer se multiplican accesos a bibliotecas, videos, diccionarios, traductores, gestores de referencias, biografías, libros, artículos, ensayos, noticias y muchas más fuentes interactúan en nuestra lectura de tinta digital[6]. Desde luego que, aprender a leer de esta forma es una ventaja que potencia la comprensión lectora, pero si la ventana de concentración diverge en este proceso, el sujeto dramáticamente se distrae y se dispersa hasta el grado de sentir frustración[7]. 


El tercer factor que modifica la lectura de textos es el contexto social de los propósitos de la misma. Considere la gama de comportamientos sociales en los que nos involucramos todos los días. En cada caso, hay una multitud de incógnitas, que reflejan las muchas fuentes de incertidumbre inherentes a la inferencia social. Seleccionar sobre qué leer, se manifiesta como respuesta a la incertidumbre en los entornos sociales (los pensamientos e intenciones de los demás están en gran parte ocultos, lo que dificulta la predicción del comportamiento futuro), y esto explica, porqué las personas están motivadas para reducir los sentimientos de aversión generados por la incertidumbre[8]. La incertidumbre social se reduce inicialmente, a través de los modos automáticos de inferencia (como la formación racional de impresiones), antes de que se implementen modos de inferencia más exigentes de control (como la toma de perspectiva por justificación argumental) para limitar aún más las predicciones. Finalmente, la incertidumbre social se atenúa aún más, a través de procesos de aprendizaje que actualizan estas predicciones basadas en nueva información, cuando leemos sobre lo que deseamos dominar. La lectura como alerta y como reacción a la incertidumbre, puede atenuar el impacto de la expectación en la cognición social[9].


En resumen, el leer es un proceso de entrenamiento neuronal de largo tiempo, en la lectura moderna, su rasgo distintivo es que se da en procesos multitareas y finalmente, el lector se inclina por leer lo que en su imaginario reduce la incertidumbre en su vida. Enseguida analicemos algunos efectos de las piezas materiales del texto en nuestro cerebro lector. 


El uso de la separación espacial clara entre palabras cuando se lee, ha demostrado de manera consistente mejorar la fluidez en la lectura de los textos, a unos 300 milisegundos por palabra. Al mismo tiempo, la evidencia neurofisiológica ha demostrado que, la música y el lenguaje pueden activar circuitos neuronales muy similares, que codifican de forma integrada a los símbolos que los componen[10]. Por analogía con las separaciones de palabras en el lenguaje, se plantea la hipótesis de que las señales de separación visual en las palabras y la música de fondo deberían facilitar la lectura. Algunos experimentos con la separación de fragmentos cortos de discurso mediante espacios en blanco más prolongados en la notación, mejoró la fluidez de la lectura visual al reducir significativamente la cantidad de errores que se cometen al leer los segmentos sin preparación previa[11]. Estos resultados, están de acuerdo con una visión de que la lectura musical comparte la estrategia cognitiva con la lectura lingüística[12]; tienen implicaciones significativas para nuestra comprensión de la adquisición de la alfabetización discursiva, y para el diseño de partituras musicales[13]. Este, representa nuevo conocimiento de los procesos de creación de sentido involucrados en la lectura en general[14].


Rehacerse la capacidad de leer, a menudo se informa como la principal preocupación de las personas que buscan rehabilitación, después de tiempos prolongados de no practicarla, se deterioran las neuronas de reconocimiento de patrones visuales de letras[15]. Principalmente interesa este estudio, porque la lectura deficiente reduce la calidad de vida[16], como la capacidad percibida para realizar tareas de la vida diaria[17]. Las personas con disfunción macular en los ojos, tienden a sufrir la mayor dificultad con la lectura, porque deben confiar en su visión periférica. Dependiendo de la extensión de la pérdida visual central, la lectura con visión periférica varía de difícil a imposible. La disminución de la agudeza visual con el aumento de la excentricidad de la retiniana, solo se puede compensar parcialmente al aumentar el tamaño del texto[18]. Esto se debe a que, el aumento de la ampliación va acompañado de un campo de visión reducido, que incide en la "ventana de texto" mínima requerida para una lectura óptima[19] y, la ampliación perjudica la capacidad de navegación de la página[20]. Además, se ha demostrado en adultos que la ampliación del texto no proporciona un aumento en la velocidad de lectura en comparación con el texto normal[21]. Sin embargo, aunque los movimientos oculares se reducen drásticamente con la técnica de aumento de tamaño de la tipografía, las velocidades de lectura están estrictamente limitadas por los efectos de saturación temporal del enmascaramiento hacia adelante y hacia atrás[22], y por las diferencias individuales en los tiempos de procesamiento temporal del texto visto de forma semántica[23]. Las modificaciones al protocolo estándar han demostrado ser beneficiosas para permitir que la lectura se proceda a un ritmo propio[24].


El espaciado exagerado de letras, no llevó a un aumento en la velocidad de lectura periférica, aunque sí lo hizo el espaciado exagerado entre palabras. Es posible que el primero no haya tenido éxito, porque cualquier ventaja obtenida al minimizar los efectos del abarrotamiento de letras fue negada por una reducción en la información de la forma de la palabra, un factor que se sabe es crítico para una lectura eficiente[25]. Por otro lado, se suponía que los beneficios del espaciado vertical exagerado de las palabras reflejaban una reducción en el hacinamiento. Esta conclusión es apoyada por Blackmore-Wright[26], quienes examinaron los posibles efectos interactivos del espaciado vertical y horizontal de las palabras en aumento en el rendimiento de lectura en las personas visuales normales.


Las personas con baja visión con frecuencia informan tener problemas con la lectura. Usando la ampliación visual de palabras e interlineado, el rendimiento de lectura se puede mejorar hasta en un 200%. Las ayudas de aumento actuales son costosas, pero el iPad de Apple ofrece un rendimiento comparable para mejorar las velocidades de lectura, en comparación con otros dispositivos de aumento como las pantallas de ordenadores y la TV[27].


La concentración como control de la percepción. En la vida cotidiana, el cerebro se enfrenta constantemente con una gran cantidad de señales sensoriales. Imagine que está soltando piedras en un lago. Cada vez que la piedra rebota en la superficie del agua percibe efectos sucesivos, en primera instancia ocurre el impacto desplazando pequeñas gotas de agua y posteriormente, se escucha el breve chapoteo. ¿Debería integrar o separar señales de visión y audición para estimar cuántas veces la piedra golpea la superficie del agua? La Inferencia Causal Bayesiana Jerárquica, proporciona una estrategia racional para arbitrar entre la integración de la información y la segregación, modelando explícitamente las posibles estructuras causales subyacentes, es decir, si los impactos visuales y los sonidos de las salpicaduras son causados ??por eventos comunes o independientes[28]. Bajo el supuesto de una causa común, las señales se integran ponderadas por sus precisiones relativas (o confiabilidad, es decir, el recíproco de la varianza) en una sola estimación numérica de "fusión forzada[29]". Sin embargo, si algunos sonidos de salpicaduras son causados ??por una piedra que golpea la superficie del agua fuera de la vista del observador, la audición y la visión proporcionarán información contradictoria. En este caso de segregación, el cerebro necesita estimar el número de eventos de forma independiente para la visión y la audición. Es importante destacar que el cerebro no puede acceder directamente a la estructura causal del mundo, pero para hacerlo consciente necesita inferirlo de las ruidosas representaciones sensoriales, basadas en señales de correspondencia como la sincronización temporal o la ubicación conjunta espacial. Para dar cuenta de la incertidumbre causal de los observadores, se calcula una estimación final de la Inferencia Causal Bayesiana combinando la "fusión forzada" y las estimaciones de segregación unisensor relevantes, para las tareas ponderadas por la probabilidad posterior de causas comunes o independientes[30]. Por lo tanto, la percepción se basa fundamentalmente, en inferir la estructura causal oculta que generó las señales sensoriales. Esto es muy relevante para el proceso de lectura en voz alta, cuando hay otros sonidos en nuestro entorno el cerebro pierde concentración y comete errores; además, al leer y acompañar nuestra lectura en voz muy, pero muy baja, nos ayuda a concentrarnos más en su interpretación.

 

Referencias


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