Pensamiento Matemático

proceptual-simbólico

 

La educación técnica

El discurso del pensamiento técnico.

El discurso en la técnica nos dice, solo lo que se construye con conceptos y pruebas técnicas se puede y se sabe qué es. Es la actividad de pensamiento que se basa en reconstrucción y aplicación de estructuras ontológicas (modelos matemáticos de abstracción), técnicas e instrumentación. Al pensar se logra conocimiento, si esta actividad alcanza a reconstruir el objeto real o ideal en modo sintético, y además, evalúa su dominio efectivo en la realidad conocida y cognoscible. Lo dado para ingeniería, es lo técnico, es la afirmación de que los conceptos nacen de la experiencia proceptual en un irresuelto de contradicciones de términos en lo cognoscible. Esta dominancia de lo práctico, demuestra que la aplicación tecnológica consiste en la finalidad material de la experiencia, bajo el juicio de influencia de una razón práctica generadora de ideas. El creativo de la razón práctica (estudiante) necesita como agente moral la espontaneidad de autonomía, para explorar subordinando la epistemología al propósito del arte técnico. De este modo el pensar técnico  es realmente un estado existente de cosas, una visión analítica normativa del espacio de razones de lo eficaz en el mundo material.

Pensamiento técnico es el espacio creativo de los propósitos como consecuencia de la educación en la exploración racional de la realidad material, cuya ética dominante son los fines de la construcción material de la civilización. La educación técnica describe el máxime de los propósitos humanos a modo de objetos de representación de una nueva plataforma de creatividad técnica sobre lo real. Esto tiene sentido si sus aprendices formulan construcciones racionales sobre objetos prácticos, cuyos conceptos organizados analíticamente como sistemas (modelos matemáticos), son reclamados como suyos a través de la reconstrucción práctica eficaz dentro de talleres y laboratorios. Así que las matemáticas son respecto del pensamiento un cumplimiento del éxito de los propósitos de la aplicación técnica. No es una suerte  nombrar a algo de un modo distinto para que sea innovador, sino es una cuestión de nuevos actos de interacción que no agotan el tipo de operación con lo que lo rodea. 

¿La realidad es acaso una ilusión por consenso y nada más que eso?, ¿quiénes somos en el lugar que guardamos en el universo?, ¿acaso somos la estructura de información ontológica que da disposición a cada átomo de nuestro cuerpo? o más allá de las ecuaciones ontológicas, ¿somos lo que pensamos, deseamos o inventamos distinto al orden de la realidad material dada? Nuestra existencia, al parecer en el acto de pensarla, es el paso de una mónada a otra en otro nivel de realidad, donde cada paso nos conduce más cerca de la nada o del infinito, en otras palabras, pensar la existencia es una aproximación infinita de existenciales ontológicos hipotéticos deductivos. Es decir, lo que para uno existe es producto de la experiencia de lo cognoscible por nuestra mente biológica, así que mediciones, reflexiones y razones crean y reclaman hacer coherente todo existencial como un sistema enunciado en lo real por las matemáticas. La mente es biológica, por esta razón pensamos, ¡el universo no existe!, lo que existe es lo que la matemática ontológica determinista y de probabilidad permiten en términos de coherencia en sentido estricto, ser racional sin contradicción ontológica para nuestra especie. Lo dicho aquí, es el fundamento del por qué la educación técnica debe ofrecer a su sociedad una plataforma tecnológica en sus aulas, laboratorios y talleres que potencien en la mente de los estudiantes, conceptos técnicos justificados objetivamente en su eficacia sistemática material.

El deslumbramiento de lo técnico, es un consenso de pensamiento y observación científica, lo real técnico, es una propuesta de hipótesis deductiva de la teoría del universo aprendida por una educación técnica. Dicho de otro modo, el discurso de una civilización es el estado de cosas que inventan a la realidad material, determinado por la dinámica de sus individuos en cognición para adoptar soberanamente conocimiento técnico. La literatura técnica y las tecnologías todas ellas, son las que inventan la capacidad de una sociedad para ser soberanía intelectual a favor de su desarrollo. 

“La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento se limita a todo lo que sabemos y entendemos ahora, mientras que la imaginación abarca el mundo entero, y todo lo que podrá conocerse y comprender”[1]. El propio Albert Einstein es quien pone en perspectiva el conocimiento y la actividad esencial de una mente técnica. En la mayoría de la educación técnica la práctica educativa se centra en representación constructivista en proceso de descodificación que han atribuido a representaciones científicas e ilustradas como explicaciones, y no como discusión rigurosa de fundamentos. En consecuencia para la educación técnica, debemos distinguir su complejidad en su tradición de producir un discurso objetivo, probado en eficacia tecnológica. La técnica es una educación basada en representaciones científicas de artefactos, símbolos o modelos característicos ideales en el sentido práctico. Es evidente el contraste entre la formación científica y la técnica, quizás la diferencia más relevante sea que la primera es una práctica de formación de valores epistémicos objetivos basados en la investigación científica, y la segunda, es formada en la habilidad técnica de procesos y modelos  prácticos ilustrados por conocimiento construido en la ciencia[2]. A la técnica le interesa la eficacia en la realidad y a la ciencia le interesa la verdad como discurso objetivo validado  en la propia realidad.

La técnica es, en un sentido más general, la idea convertida en una realidad de creación y uso de herramientas para realizar tareas o cumplir propósitos en el mundo técnico. La palabra técnico deriva de ingeniero  de su raíz latina ingeniarius que significa alguien ingenioso en la solución de problemas. Es el producto social de la capacidad del hombre para hacer herramientas, que más tarde serán herramientas de nuevas herramientas para de esta manera progresar en el desarrollo tecnológico de nuevas plataformas creativas. La ingeniería moderna oculta en sus obras, haciendo ininteligible a la inspección directa la lógica de sus dispositivos, para ello, se práctica la ingeniería inversa, para tratar de revelar tales secretos. Cada vez se da una mayor comunicación entre la ciencia, la ingeniería y las matemáticas, sin embargo, mantienen independencia en su seno, es decir, son irreductibles entre ellas. Es urgente reflexionar que la formación técnica ofrece al futuro soluciones de viabilidad creativa para hacer sustentable el desarrollo social, sin embargo, por falta de equipamiento de talleres y laboratorios no aportan la plataforma técnica creativa para muchos de estos fines, ello es cancelar un futuro mejor. 

“En lugar de intentar revisar los tratados comerciales los gobiernos deberían centrarse en preparar a la mano de obra para un futuro que requerirá habilidades más avanzadas y una mayor formación tecnológica. Todo lo demás son distracciones”. 

James Pethokoukis (American Enterprise Institute)








[1] Einstein, A. (1931). Cosmic religion: With other opinions and aphorisms. New York: Covici-Friede.

[2] Allchin, D. (2003). Scientific myth-conceptions. Science Education, 87, 329–351