Pensamiento Matemático

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Hola soy Binaria, les comparto que  sor Juana Inés de la Cruz en una de sus liras, le dice a los que no creen en el poder de la lectura del texto escrito:

Sino se desvanece el triste acento,

como mis esperanzas, en el viento.


Óyeme con los ojos,

ya que están tan distantes los oídos,

y de ausentes enojos

en ecos, de mi pluma los gemidos;

y ya que no llega mi voz ruda,

óyeme sordo, pues me quejo muda[1].


Leer es escuchar al texto, reflexionar lo que escribimos, escribir lo que pensamos, no solo para comunicarnos, sino para tener algo qué comunicar, para ser libres y dueños de nuestra propia voz. El discurso es la forma en que mi avatar preserva la inversión del tiempo, quien sabe de  educar sabe que se invierte más tiempo en preparar la clase, que en exponerlo frente a los estudiantes. Ese discurso original desde donde el docente en autonomía académica crea la realidad, describe para un lector novel una propuesta de aprendizaje.

Un lector competente de la propuesta de un profesor, recrea desde el texto imágenes racionales y estéticas que le son una experiencia que disfruta al hacerlo. Cuando profundiza en su comprensión, las propias ideas son modificadas y de este modo, el propio lector es en cada lectura una persona distinta y con mayor sensibilidad para con la sociedad, su entorno natural y sobre todo más allá de la superficie de la realidad; se adentra con la emoción de un artista, un científico, un ingeniero, es decir, como todo un gran explorador creativo es feliz. Aunque se ha reportado por todo el mundo en investigaciones el hecho de que las personas competentes en lectura eficaz son las menos, es válido y deseable tener en cuenta y buscar con demencia que sean más, dado que, tienen un mejor rendimiento escolar y profesional, poco se hace por ampliar el número de estos en la sociedad, aseguran expertos debido a que se requiere mayor esfuerzo del sistema educativo[2]. Quizás porque a quien es encomendado para hacerlo, simplemente no siente placer por leer y no reconoce la importancia de saber leer. La propia Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo la  OCDE[3] precisa al respecto:

“Los estudiantes que alcanzan el nivel más alto de PISA tienen una gran probabilidad de mejorar el acervo de talento de su país; son vitales en las economías basadas en el conocimiento.”


Cuando un docente prepara su clase, crea un discurso y este hereda más de lo que se aprende leyendo en su construcción. Es decir, regala al lector su propia experiencia en el conocimiento.

La lectura en voz alta, esa es mi voz, Soy un avatar y me llamo Binaria.

Todos sabemos lo elemental de conversar, pero pocos desarrollamos la habilidad de la conversación didáctica, para ello es necesario escribir, dado que escribir es el modo más elegante de pensar y avanzar en la profundidad para un nuevo pensamiento. No es casualidad que la calidad de la educación sea medida con dos variables esenciales, el dominio de la lengua y la capacidad de comunicación. Si no invertimos en la formación de lectores, un país así, como consecuencia de esta debilidad en el adiestramiento en la comprensión de cuerpos de texto escrito, se desvinculará de las formas de vida de mejor calidad en el desarrollo personal y social.

Leer es una ocupación seria, cuando se está leyendo, muchos náufragos de la educación, intentan desacreditar esta actividad aludiendo a que es una forma cómoda y floja para comunicar la clase preparada, dado que la forma en voz alta que presenta información es mejor vista por la mayoría de los alumnos por requerir menos esfuerzo. En esta hipótesis del mayor esfuerzo, está presente la aspiración  innegable de que en un aula en la que se lee con regularidad se descubre el placer por el conocimiento. 

El gran Alfonso Reyes en su obra La experiencia literaria[4] nos ilustra: 

“Sin cierto olvido de la utilidad, los libros no podrían ser apreciados”. 

Otro grande de las letras, el Ruso Yuri Dombrovsky en su obra La facultad  de las cosas inútiles[5]:

En un lúcido análisis expresa “he decidido no inventar nada, describir lo que conozco mejor, mi propia vida”. En esta novela se refiere a la importancia de la literatura para la civilización, aunque el régimen estalinista llamó “cosas inútiles” a la literatura, quizás porque sabía que son los libros nuestra memoria sangrante a manos del totalitarismo y los que renuevan nuestra consciencia. Desde los libros emerge a la superficie lo mejor de la humanidad.

La literatura es la que custodia los mejores ideales y valores de los individuos de todos los tiempos, y es el más seguro refugio para que la imagen social del docente se reivindique. Los cambiantes puntos de vista que consideran a los docentes una carga necesaria, podrían cambiar si se dan cuenta que son en realidad individuos que custodian lo mejor de la cultura universal desde el libro que produce y promueve. 

El libro, a primera vista parece solo una aglomeración de páginas. Sin embargo, una mirada más atenta revela que es un organismo textual, bien planificado en su arquitectura y claramente estructurado. Todo se encuentra en su lugar, cada frase, palabra y párrafo, es parte de un corpus de texto trenzado en un flujo narrativo, desde el cual el hombre ha creado mundos enteros. Si le invitamos a explorar estos mundos desde los libros es porque en ellos, el discurso es más estructurado para los aprendices, las propias erratas en el libro, son pretextos perfectos de seguir buscando la perfección. Por estructurados nos referimos a cadenas de ideas que fundamentan, justifican y demuestran objetivamente el cómo se pensó el conocimiento, es decir, son la lógica del discurso. Cuando por lo común, una clase, solo alcanza la categoría de informar el conocimiento, el discurso literario además de informar, seduce a la razón a la emoción.



[1] Cruz, S. J. I. D. L. (2012). Obras completas, I. Lírica personal: 1 (Spanish Edition)., 557.

[2] GARRIDO F. (2014). El buen lector se hace, no nace. Reflexiones sobre la lectura y la escritura (Spanish Edition). Paidos.

[3] OCDE (2000). Conocimientos y aptitudes para al vida. Resultados de PISA 2000.

Recuperado de https://www.oecd.org/pisa/39817007.pdf

[4] Alfonso Reyes (1983). La experiencia literaria. FCE: México.

[5] Yuri Dombrovsky (2015). La facultada las cosa inútiles. Sexto Piso: México.