Comunicación y lenguaje

Entre ver y pensar

 

 

 

8. ¿Qué es un buen libro?




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8.1. Introducción 


El que nos exige un desafío intelectual


El que trasciende en nuestra vida y

la modifica de tal modo que nos hace 

existir con intensidad y solidaridad.



Los libros surgen desde lo profundo de la conciencia, creados a partir del lenguaje, de la imaginación y las emociones. Son un medio talentoso para compartir a la humanidad conocimiento y renovar su sed de Libertad, Democracia, Estética y Justicia.  Una sociedad sin literatura, provoca que su lenguaje se debilite en su poder virtuoso y cultivo conceptual, la literatura erradica la violencia en todas sus formas[1]. 


Un libro material es una tecnología de soporte de texto. Las tecnologías, en particular las audiovisuales, no pueden sustituir a la lectura de la literatura original. La versión gráfica y sus ImagLec8 están a nivel de expresión oral, y ello reduce el poder de los recursos literarios propios del texto escrito; antes de criticar el argumento, el que lo intente poner en duda primero debe ser practicante de la lectura original de textos literarios,  con lo que así, estaría calificado para un juicio inteligente al respecto.


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Remington Rand Nº 17 (15kg)                  MacBook Air (1.8kg)

Las máquinas de escribir como la Remington Rand N. 17, fueron dispositivos que respondieron a la presión mecánica de teclas, que transmiten la fuerza de un golpe sobre cinta entintada y papel dispuesto sobre un carro giratorio, que permite alinear, renglón a renglón el texto que se imprime. En esta tecnología, Juan Rulfo escribió “Pedro Páramo”. El cambio de tipografía y la corrección en el papel ya mecanografiado era casi imposible. La escritura de textos largos, de entre 250 y 800 páginas, parece a nuestros ojos postmodernos, una misión complicada y llena de limitaciones creativas, más cuando se tenían que generar varios borradores antes de su publicación.


El poder del ordenador moderno, en contraste es casi ilimitado en sus posibilidades de apoyar la actividad del escritor, por ejemplo, la MacBook Air permite edición, acceso a diccionarios, tesauros, bibliotecas, asistentes de apoyo ortográfico, gramatical y de estilo, además de compartir, comunicar y publicar un texto en cualquier parte del mundo desde una mesa de trabajo en casa, en el trabajo o desde cualquier punto con acceso a Internet. Esta tecnología integra a las maquinas en red, pero siguiendo la línea de que es la literatura la integradora cultural de la humanidad, socializar diremos que es algo literario. Es la literatura una creación humana, para compartir un fondo común, un espacio de imaginación hecho de lenguaje socializado gracias a la lectura. Una sociedad sin lectura, esta carente de paz, dado que no habla con propiedad, sutileza y rigor, algo que es necesario para elevar los deseos virtuosos de los hombres. 


Mientras los sistemas de información periodísticos en Internet, dan la sensación de un mundo más pequeño, la literatura sin importar el soporte en el que se comunica, nos crea la sensación íntima de un universo humano en expansión, donde sus actores están librados a las fuerzas de   las contradicciones, frustraciones, e injusticias; donde heroicos y bizarros son parte del espíritu de este espacio. La literatura renueva para cada generación el entusiasmo rebelde por cambiar la sociedad en que se vive, esta rebeldía es la energía para el progreso del universo humano. Para este universo, los lectores son conciencias alertas frente a los horrores de las dictaduras y las sociedades oscuras, esas que pretenden hacer de la mediocridad el paraíso prometido. 

A todo esto ¿Dónde están los libros? seguramente la respuesta de muchos será, en la biblioteca. ¿Dónde están los lectores más atesorados de la literatura? quizás la respuesta sea en alguna biblioteca pública o privada, en ese espacio de hombres imaginando el futuro, invirtiéndose en el presente y reconociendo en las voces del pasado, a los amigos fieles que trasladan su imaginación hasta nuestro tiempo. Las bibliotecas de hoy, se han reducido a ser espacios de estudio e investigación, sus lectores están sepultados en obligaciones escolares y en el intento de hacer de datos y otras informaciones estructuradas un requisito y no algo exquisito para el talento y el placer del privilegio estético de lo humano. 


La sala de lectura de toda biblioteca, convoca a dialogar a los hombres vivos y muertos, relaciona en lo íntimo y lo privado, produciendo imaginación original desde un texto material inerte. La reflexión y la concentración son solo dos de las cualidades que la literatura aporta como semillas creativas, pero el factor más importante a nuestro juicio es su poder, evidente cuando sutilmente, poco a poco, humaniza y enamora con la vida al lector. Todo lo que se produce desde la biblioteca y su literatura es un modo de vivir más virtuoso, leer produce imaginación profunda y esta se traduce en una vida ética, no solo somos más cultos, sino nuestra existencia se vuelve sobre el mundo más  intensa, más original y virtuosa.


Nadie niega que el conocimiento llega a nosotros por  medios tecnológicos más democráticos, debido que las jerarquías del poder de la comunicación en red son más horizontales y se desvanece su influencia[2]. Esta visión optimista esconde un hecho inobjetable, el adquirir conocimiento aguarda al paso del acto de pensar. El flujo circulante de conocimiento es comunicado en forma de literatura original, pero esta como modelo de conocimiento no  ha cambiado mucho, digamos que para el ensayo, la novela, el cuento y el artículo científico su evolución es lenta. No así su producción, la cual se hace cada día de mayor universalidad en un espacio sin fronteras. Tampoco es cierto que miles escriben literatura de manera gratuita intentando atraer lectores del submundo no-lector, ese terreno de información de escándalo y pintado de inmediatez, tan acostumbrado a un discurso parecido al de instrucciones de lenguaje de ordenador. La rapidez de la escritura de las redes sociales ha dado lugar a un imaginario social que desprecia el rigor ortográfico, y la sintaxis creando una nueva relación con la palabra escrita. El maquetado electrónico de textos, provoca que textos mal hechos tengan la apariencia de ser un texto altamente perfeccionado; se eliminó la precariedad de la escritura improvisada a mano, pero no así los viejos problemas tales como la falta de lectores eficaces, la creación de textos potentes, esos capaces de mover a una generación más allá de sus límites autoimpuestos. 


Siendo la literatura un efecto psicosocial y psicolingüistico, es decir, es algo más que un juego de orden de signos, resulta por tanto correcto considerarla en su integridad, justo ahora que el plagio y la apropiación del texto siguen una dinámica de anarquía en Internet. Hoy el cruce de los textos ajenos y los propios requieren ser evaluados por software de autenticidad que emplea sofisticados análisis de parámetros literarios[3] con la intención de detectar el plagio del verdadero texto creativo. Los lectores confunden la información con la experiencia de vida, se olvidan que la primera es inexperiencia, y la segunda es una vivencia. La información excluye a la narrativa (experiencia), narrar es un modo de experiencia, en ella hay la tensión natural de la vida[4]. La literatura es un juego de sentidos que no termina por definirse en un sólido, digamos que su volatilidad es el poder que hace que el lector se apropie de los mensajes expresados, porque están en forma de una narrativa vital.  


Leer es un modo de desciframiento de cómo se producen los sentidos, el lector da vida al texto planteando las hipótesis a los enigmas creados por el autor. El signo no produce determinación, sino incertidumbre en el juego de la experiencia de lectura. Esto es una asociación original que cada lector hace, así que una lectura mal lograda, solo lo será cuando la interpretación se quede en la superficie del texto. 



Por qué leer los clásicos, Italo Calvino nos lista algunos puntos a considerar[5]: 


1. Nos hace humildes al reconocer la necesidad de releer.

2. Constituyen una riqueza para saborear.

3. Poseen la influencia profunda de guiar al colectivo.

4. La relectura  es el descubrimiento de lo profundo.

5. Todo clásico solo se puede leer en modo de relectura.

6. El clásico nunca termina de decir algo nuevo.

7. Son libros que traen impresas las culturas que han atravesado.

8. Suscita el discurso crítico.

9. Lo inédito, lo inesperado resulta al leerlos de verdad.

10. Clásico es equivalente de universo.

11. No es indiferente a contrastar nuestra persona.

12. El tiempo desde donde se lee lo vuelve anacrónico.

13. Está en contradicción con nuestro ritmo de vida.


Leer a los clásicos es retornar a la tierra con la promesa de que toda vida vale la pena vivirla. Leer contiene en sí el ritual de su verdadero fondo, sus signos forman sombras secretas de significados que permiten transformar al hombre en una nueva esperanza para el hombre.



[1] Pinker, S. (2012). Los ángeles que llevamos dentro (1ª ed.; 1ª imp. ed.). Ediciones Paidós.

[2] Castells, M. (2013). Communication Power (2 ed.). Oxford University Press.

[3] MCMILLAN, K. A. T. H. L. E. E. N. (2014). Citar referencias y evitar plagio en la educación (1st ed.). Trillas.

[4] HERMAN, D. A. V. I. D., PHELAN, J. A. M. E. S., RABINOWITZ, P. E. T. E. R. J., RICHARDSON, B. R. I. A. N., & WARHOL, R. O. B. Y. N. R. (2012). Narrative Theory: Core Concepts and Critical Debates (THEORY INTERPRETATION NARRATIV). Ohio State University Press.

[5] Calvino, I. (2015). Por Qué Leer Los Clásicos (Biblioteca Calvino)., 292.