Texo académico
Deslizándose por las letras
Eduardo Ochoa Hernández
Ma. De Lourdes Toscano Paniagua
Nicolás Zamudio Hernández
Filho Enrique Borjas García
Gladys Juárez Cisneros
Sergio Rogelio Tinoco Martínez
Alejandro Omar Negrete Pérez
Rogelio Ochoa Barragán
13. Estilos de razonamiento
De acuerdo con el filósofo Otávio Bueno de la Universidad de Miami:
“Los estilos de razonamiento son dispositivos importantes para entender la práctica científica. Un estilo de razonamiento o argumento modal es un patrón de relaciones inferenciales que se utilizan para seleccionar, interpretar y apoyar la evidencia de los resultados científicos. Defendemos la idea de que hay una pluralidad de estilos de razonamiento: en diferentes dominios de la ciencia que a menudo invocan diferentes estilos en la biología molecular, las matemáticas y la química; es una visión pluralista sobre los estilos de razonamiento que es sensible a los matices de las relaciones de inferencia en la actividad científica[1]”.
Así, muchos argumentos son válidos dentro de un estilo de razonamiento aprobado por una escuela disciplinar tal como la química o la matemática en las que Otávio Bueno reconoció dentro de su investigación estos patrones. Si las proposiciones son el resultado de minería de premisas, entonces son un conjunto de mundos posibles existentes en la realidad, y revelados por la actividad intelectual de científicos e investigadores. Las proposiciones pueden combinarse al modo de sentencias encadenadas que producen razones, sin embargo, mantienen su propia naturaleza intacta e irreductible. Una razón es una estructura de cadena de proposiciones que representa existenciales u objetos abstractos a modo de un estilo de razonamiento, cuyo arte requiere renovación constante para no caer en una crisis epistémica.
Un estilo de razonamiento dentro de una comunidad epistémica, es un modo válido de interrogación de la realidad, donde sus ideas son válidas por ser argumentos modales consolidados en la propia disciplina científica, técnica, matemática o literaria. Esto explica que los revisores de tesis de grado, si su intelecto está entrenado para reconocerlas, sugieran al novel investigador emplear estilos consolidados dentro de su disciplina, y reconocibles en su literatura especializada. Pero tengamos cuidado, adoptar estilos de razonamiento disciplinarios nos pueden hacer caer en una simulación de la actividad de investigación científica, según Aristóteles, necesariamente, si las proposiciones en cadenas por deducción son verdaderas, entonces la conclusión también será verdadera. Un argumento deductivo válido es uno donde, en algún sentido, la conclusión no puede sino ser cierta, dadas las premisas. Cuando una estructura de operadores discursivos se consolida, es que se dice que son ideas obviamente consideradas como válidas por el estilo de razonamiento.
La validez por estilo de razonamiento se define en términos de una necesidad del modo de interrogar un existencial desde una escuela de pensamiento disciplinar. Pero una innovación epistémica está más en el sentido del arte o estado del arte del pensamiento científico, cuya validez lógica se define en términos de una nueva forma de estructura de encadenamiento. Escribir ideas, es por tanto, adoptar estilos de razonamiento e inventar nuevos derivados de la producción de semántica, producida cuando la estructura generadora de operadores gradualmente innovan en el significado. Decimos al modo de Thomas Kuhn que estamos intentando realizar una revolución científica del conocimiento, puesto que una proposición no puede cambiar en términos de su propia condición de verdad, el propio modo del argumento es el que empuja a una renovación de sus fundamentos y por consiguiente sus sentencias caen en un nuevo marco de ideas.
Si exponemos un argumento siendo válido por estilo de razonamiento, sus frases como premisas y conclusiones, podemos inferir que, una sentencia tiene condiciones de verdad solo en un texto de uso. Y las condiciones de verdad de muchas oraciones pueden variar desde un contexto de uso a otro. Es decir, las propiedades esenciales de una premisa no pueden diferir del contexto que las generó, así que la frase debe ser cuidada en función del contexto, dado que al emplear un estilo de razonamiento podemos caer en simular epistémicamente que estamos haciendo ciencia. Este caso, es similar al emplear frases fácticas cuyos datos son fortalecidos por instrumentos estadísticos y un estilo de razonamiento consolidado, tan característico de los protocientíficos que Mario Bunge los expresa como una crisis de formación universitaria[2].
El hecho de que las sentencias tienen condiciones de verdad solo en un contexto de uso, demuestra que esencialmente el arte del pensamiento científico pasa por la innovación de los estilos de razonamiento de esas estructuras de partículas discursivas, que no solo someten su verdad a una cadena lógica de premisas, sino también lo hacen al contexto de sus fundamentos de verdad para cada proposición. Todo esto no solo bloquea un camino rápido para construir cadenas de razonamiento, también muestra que las proposiciones no constituyen su valor de verdad por medio modal, es decir, dado por el estilo de razonamiento. Entonces para Aristóteles no hay argumento con premisas y conclusiones tal que, necesariamente sus premisas son verdaderas y la conclusión sea falsa, dado que no consideró la semántica del contexto en que se da el argumento. Para muchos argumentos por estilo de razonamiento, se concluye que las sentencias tienen condiciones de verdad, pero eventualmente serán falsas por corrupción semántica del contexto en el que fueron inferidas.
Para decir que una idea es verdadera, pasa por expresar que las oraciones de sentencia son verdaderas dentro de un mismo contexto de uso. Una sentencia tiene condiciones de verdad eventualmente surgidas en un contexto conceptual, este límite semántico es una condición de verdad de origen lógico semántico. Si las proposiciones son verdaderas solo en un contexto de uso, debemos advertir que el argumento es desechable por el fundamento de no estar alineado con un contexto de uso con el resto de las proposiciones. En resumen, la verdad de las premisas debe de alguna manera garantizar la verdad de la conclusión, si cada una de ellas está en el mismo contexto de uso. En otras palabras, el significado de las premisas se da en su contexto generador semántico (espacio teórico). Una premisa es una sentencia, es decir, una oración de tipo proposicional con condiciones de evaluar sus condiciones reales de verdad. Un argumento contiene oraciones que nos estipulan ser premisas o ser conclusión, pero ambas son proposiciones.
Necesariamente, si una premisa (conclusión) es cierta, entonces existe. Así que si una premisa (conclusión) fuera necesariamente falsa, por razones paralelas entonces debe existir necesariamente también la premisa. Objetaríamos que esto nos conduce a considerar a la verdad como algo para todos los mundos posibles; esto mina al argumento, porque una proposición puede ser verdadera incluso si la premisa o conclusión no existen necesariamente. Pero la verdad necesaria no es verdad en todos los mundos posibles. Para entender por qué, sea S una oración cuyas condiciones de verdad se cumplan en todos los mundos posibles, entonces S es cierta en todos los mundos. La verdad de las premisas de un argumento modal directamente explica la verdad modal como exigencia de una conclusión que existe. Esta explicación resulta creíble porque tenemos argumentos modales válidos que necesariamente existen.
La afirmación de que las proposiciones son un conjunto de mundos posibles, es uno de los principales atributos de la naturaleza de las proposiciones. Las proposiciones son atributos, los atributos son un conjunto de propiedades de mundos posibles, por lo tanto, las proposiciones son un conjunto de los mundos posibles. Este argumento es una buena razón para concluir que las proposiciones son realmente sistemas dentro de mundos semánticamente posibles.
Si bien la validez lógica de un texto se define en términos del argumento, la estructura o fórmula discursiva obedece a un orden distinto, es decir, al de la lógica de razones puras, construidas por cadenas de operadores. La validez lógica de una idea o argumento es un modo epistémico relacionado con la objetividad de un mundo posible. Este es un escenario que explora el delicado equilibrio en el pensamiento necesario para demostrar el resultado no trivial de una reflexión, desde la intuición (es lógica modal) y el rigor (es lógica pura a base de estructuras de razones o tautologías[3]). Lógica de frases y palabras es del tipo modal necesaria para el desarrollo sistémico de un discurso, también es el recurso indispensable para un análisis de texto científico y académico. Todo lenguaje natural posee el objeto de estudio lengua, además de un metalenguaje que incluye su lógica que demuestra sus atributos sintácticos y semánticos. En este sentido, el metalenguaje debe ser un marco fundamental seguro dentro del cual puede formularse un espacio de interacción o interface entre sintaxis y semántica. El metalenguaje es un marco teórico desde donde los conceptos tienen significado en su sintaxis y sus propiedades.
El desarrollo de cualquier lógica implica la especificación de un lenguaje formal que involucra nociones básicas de la lógica de sintaxis. Tomaremos como noción básica el símbolo. En la lógica modal la frase es un símbolo, asumiendo que un símbolo no es una secuencia de símbolos. Y por expresión entenderemos cualquier secuencia finita de símbolos. Es decir, una expresión es una longitud de n símbolos secuenciados por un índice de posición. Se suelen emplear letras mayúsculas para frases símbolo. Una expresión es una o más proposiciones combinadas. Las expresiones se combinan para formar nuevas, de forma que se emplean operaciones de concatenación. La concatenación de expresiones se define como las suma de secuencias de símbolos. La noción de una expresión que se produce por concatenación de otras expresiones es definible en términos de encadenamiento, se deduce que cada expresión se produce dentro de un mismo contexto y el encadenado es transitivo en alguna intercepción semántica de su significado. La aritmética de las expresiones, es un enfoque de segmentación a partir de operadores discursivos.
El objeto lengua se puede caracterizar en términos de las distancias categóricas de las expresiones básicas que componen un lenguaje (artículo, verbo, sustantivo, preposición, adverbio,…); de las operaciones estructurales que se pueden realizar en expresiones básicas para generar expresiones adecuadas más complejas (puntuado); las reglas sintácticas que aplican a operaciones estructurales y específicas de la categoría fundamental de oraciones declarativas o llamadas simplemente sentencias (operadores y conectores).
Para nuestros propósitos evitaremos esta especificación tan detallada, en lo sucesivo desde la lengua diremos que expresiones bien formadas corresponden a las categorías semánticas de nominación y de lo asertivo.
El lenguaje académico por lo tanto, se puede especificar con un lenguaje formal en términos de un conjunto de símbolos que forman expresiones de la lengua, un conjunto de términos de la lengua o formas de oraciones que se caracterizan por ser del tipo proposicional. Además de las consideraciones de esta lógica gramatical, también tenemos que especificar las transformaciones sintácticas que caracterizan a las reglas de inferencia que se asumen para la coherencia de una lengua.
Si f es una inferencia sobre un rol en un lenguaje formal, f es una función para y dentro de un subconjunto de fórmulas de rozamiento determinadas sobre el lenguaje formal. En este concepto se adopta el método axiomático de un sistema formal de cálculo recursivo desde una razón hasta sus fundamentos en los axiomas. La demostración y la derivación de nociones de sintaxis lógica dentro de un sistema formal, donde P pertenece a un conjunto de fórmulas (premisas) en una finita secuencia de símbolos derivados de consecuencias, axiomas u otro sistema de inferencias. Las pruebas son solo derivaciones locales dentro de un marco teórico de observación. Las premisas son definibles en términos de derivaciones y pruebas derivables por demostración empírica, teórica ontológica o teórica pura. La suma de premisas dentro de un sistema formal de cálculo (generador de inferencias) son los esfuerzos intelectuales por dar coherencia unificadora a las contradicciones. Antes de la introducción del símbolo de negación, la única noción de consistencia disponible es la absoluta coherencia. En este concepto, un sistema formal es consistente si y solo si, no todo es demostrable, es decir, si no todas las fórmulas del sistema son demostrables.
Una forma especial del método axiomático formal es el método logístico. Este método consiste en distinguir los símbolos de las constantes lógicas de aquellos que no lo son; distinguir entre axiomas (los elementos de los fundamentos), premisas derivadas de inferencias, premisas empíricas y formas puras de razonamiento sintético. El método logístico es un cálculo de derivación de consecuencias lógicas a partir de cadenas de símbolos que satisfacen pruebas de verificación de su verdad. Hay por lo menos dos signos lógicos necesarios en la lógica de las oraciones del discurso académico, el signo de negación y signos operadores de afirmación de verdad funcional por inferencia, son un modo condicional-negación. Es decir, si C y N son dos símbolos lógicos distintos, donde C es un signo condicional y N un signo de negación, representan un cálculo de inferencia clásico de la ciencia donde los operadores discursivos expresan conjunción, disyunción y bicondicional material, todos como dispositivos del metalenguaje de textualidad superior llamado ciencia, ficción y poesía.
Los operadores discursivos son operaciones metalingüísticas que se dividen en unidades de segmentación en el texto escrito, toman en pares a las expresiones al modo en que se definen las relaciones en la teoría de conjuntos. Estos operadores o también llamados marcadores tiene la capacidad de organizar al código escrito como un todo, de acuerdo con Luis Cortes y colegas los hay de tres tipos[4]:
- Marcadores con la función de orientar sobre las inferencias explicitas en el texto con perspectiva interactiva (afectiva), o perspectiva orientada al contenido semántico.
- Marcadores estructuradores que articulan las operaciones de razonamiento a nivel textual.
- Marcadores de paráfrasis, son los que disgregan, cierran, aperturan, conectan, introducen,… en el discurso.
Los marcadores en esencia son dispositivos de conexión entre enunciados de sentencia, entre saltos de variables de discusión, entre razones e inferencias y entre funcionales de apertura, cierre y continuidad en el discurso. La formalización de cada una de estas diversas necesidades lógicas requiere que efectuemos cálculos modales de lógica entre oraciones, párrafos y secciones funcionales del texto. Cada argumento estará cerrado bajo la tautología asumida en su sentido.
La lógica modal está expresada por signos de necesidad racional (operadores) y por un conjunto de símbolos que llamaremos sentencias de letras o variables de oración.
Esta discusión nos conduce a pensar que las proposiciones estructuradas en forma de razones y argumentos, son la forma analítica de descomponer para su estudio las ideas. Bertrand Russell y otros filósofos han compartido la creencia de que estas sentencias codifican información, y con ello, juntas forman la determinación de un mundo que puede ser verdadero o falso. En un pensamiento, las proposiciones identifican las piezas de información que dan sentido a la realidad racional. Las oraciones expresan proposiciones relativas a contextos, alcanzan a ser frases distintas que pueden expresar una misma proposición, y las proposiciones pueden ser falsas o verdaderas dependiendo de cómo es el mundo objetivo. En este contexto, se expresa como premisa a algo posible, imposible o necesario. Las proposiciones son portadoras de características modales que apuntan a la misma hipótesis de verdad. Al creer en algo, estamos en una relación con una propuesta que puede ser necesariamente cierta.
Los lenguajes naturales contienen locuciones modales y verbos de actitud propositiva, invocando una semántica, las llamamos frases proposicionales. Son oraciones que contienen verbos de actitud proposicional, afirman una relación sobre una realidad.
El cielo es azul.
Alejandro cree que el gato es inteligente.
Son ciertas expresiones lingüísticas articuladas en relación a un contexto, contribución individual a una sentencia. Involucra a nombres propios, indexicalidad (indica un estado de cosas, apunta a algo) y pronombres demostrativos (hacen referencia existencial al espacio o al tiempo; persona, situación). Las proposiciones son gránulos de mundos posibles que contienen individuos, propiedades y relaciones como constituyentes.
A Luis le gusta la manzana.
Es decir, la proposición es representada por un triple ordenamiento, Luis (el individuo), gusta (la relación de agrado) y manzana (propiedad).
Se agradan, Luis, manzana.
Luis, manzana, se gustan.
Agrado, Luis, manzana.
Observe estas combinaciones, tenga en cuenta que la cuestión de lo que une a los componentes de las proposiciones e impone estructura sobre de ellos, es por lo menos hasta cierto punto independiente de la pregunta de cuáles son los componentes de una proposición. Lo que provoca que estas expresiones se asocien con el sentido expresado (pensamiento) y las referencias (expresiones o sentido insaturado). Los nombres propios o conceptos tiene sentidos, y las expresiones representan relaciones declarativas. En cuanto a oraciones, se les refiere como declarativas o sentencias. Son un pensamiento compuesto sobre los mundos posibles, quizás como resultado de una inferencia previa que la generó como hipótesis de solución.
Alejandra es inteligente.
Rebeca ama a Luis.
Computadora contiene memoria.
Memoria es registro.
Expresa un pensamiento cuyos componentes son el sentido expresado por el nombre “Alejandra” y el sentido insaturado expresado por la palabra del concepto “inteligencia”. Así es como el sentido insaturado tanto une el pensamiento y permite que dos pensamientos diferentes tengan el mismo componente.
[1] Beuno, Otávio (2012). Styles of reasoning: A pluralist view. Studies in History and Philosophy of Science 43: 657–665. Recuperado de http://www.as.miami.edu/personal/obueno/Site/Online_Papers_files/StylesOfReasoning_FINAL.pdf
[2] Bunge, Mario (2004). La investigación científica. México: Siglo XXI.
[3] J. Gerstein J. Larry (2012). Introducción to Mathematical structures and Proofs. London: Springer
[4] Cortés Luis & Camacho M. Matilde (2005). Unidades de segmentación y marcadores del discurso. Madrid: ARCO.