Texto Académico
Deslizándose por las letras
Eduardo Ochoa Hernández
Ma. De Lourdes Toscano Paniagua
Nicolás Zamudio Hernández
Filho Enrique Borjas García
Gladys Juárez Cisneros
Sergio Rogelio Tinoco Martínez
Alejandro Omar Negrete Pérez
Rogelio Ochoa Barragán
6. Silencio aturdidor
Desde la más temprana infancia, hemos disfrutado de la conversación, la discusión y el debate. Sin embargo, tenemos el derecho a permanecer en silencio, con intención de autocensura de todas las actividades, para proteger nuestro honor, lo que nos define con dignidad como seres humanos íntegros, fomentando el potencial humano virtuoso, porque escribir lo que hemos sentido o pensado es un privilegio de los hombres libres, y silenciarnos cuando no tenemos nada que decir, también es un privilegio. Incluso cuando callamos, el silencio a menudo para un observador connota alienación. El silencio del escritor lo definimos por error como falta de pensamiento riguroso, sensible y apasionante de explorar, crear o comunicar; es decir, se asume que está en quiebre creativo. ¿Qué escucha el escritor cuando no habla nada?, lo que comunica con su silencio, es que está en el proceso de pensar, reposando las ideas o viviendo lo cotidiano sin profundidad. Por sí mismo el silencio en la escritura es un conjunto de sentidos en reorganización en la mente, solo cuando completamos un pensamiento, el discurso escrito comienza a romper el silencio para un observador. Pero el silencio es relativo, en el escritor es algo que aturde con gran intensidad.
Por lo menos al principio a muchos les parece que un escritor en silencio permanece pasivo. No hace nada para trabajar su voluntad en el mundo, para crear, o para compartir con los demás. El silencio en el creativo es sobre el esfuerzo, el deseo y la conexión de referencias que normalmente asociamos con la realización virtuosa humana dentro de la literatura. Es a menudo relacionado por error como pereza, vacío y soledad, es la muerte silenciosa de no estar en el mundo.
¿Cómo puede este silencio formar la base de la creación literaria del escritor? El silencio es una expresión de libertad, y cuando es en verdad así, en absoluto no es alienante. Esto es así, al menos en parte, porque a veces el lenguaje nos encarcela. Las limitaciones del lenguaje humano nos niegan acceso a importantes experiencias científicas, estéticas, empíricas, filosóficas, literarias,…, y pensamientos. Algunas clases de silencio pueden ser liberadores porque son los esfuerzos mentales para superar estas limitaciones. Por ejemplo, puede producir un silencio contemplativo, sabiduría, comprensión y aceptación. En las relaciones individuales, el silencio no es solo esquivo. A veces, es la forma más profunda de intimidad en la comunicación no verbal. Del mismo modo, un desafiante silencio puede producir determinación, coraje y hará un efecto de presencia, es una conexión de compromiso con las ideas y su significado para la vida. Cuando somos más libres, en el sentido de libertad creativa, somos más capaces de comunicarnos por como actuamos y por quienes somos. Las palabras verbales son un estorbo cuando se está creando, de hecho crear un proceso mental de enmascaramiento de palabras inadvertidas es silencio en literatura[1].
Para el discurso verdaderamente libre, el silencio es la libertad, ese marco necesario para que las palabras no sean solo balbucear. Cuando no hay nada que decir, el escritor permanece en silencio, es una postura desde el liberalismo clásico, hace hincapié en que la definición pública y privada es una libertad asociada con una esfera privada de creación.
La libertad del escritor es identificada como autogobierno dentro de un colectivo disciplinar y académico en que se construye la objetividad de su obra. Es un liberalismo de la creatividad a favor del hombre, además, empuja al escritor creativo hacia el derecho al silencio y al deber de hablar para resolver los problemas de su tiempo. En un sentido radical la libertad del escritor es silencio creativo y deber de hablar, en el marco de la estética y la ética del humanismo, la ciencia, la escuela epistémica o ideológica; ambas posturas son lo que fortalece la sociedad al llenar la geografía del hombre con intuiciones intelectuales, acerca de cómo son las cosas, qué son, cómo podrían ser, qué marco moral justifica los valores epistémicos del conocimiento,… El derecho al silencio es crucial para la creatividad y el derecho a hablar es escribir, expresar pensamiento, opinión, crítica, es también crucial para la cultura, la ciencia, la libertad de expresión y las artes. Podría decirse que el silencio es la meditación necesaria para dar paso al talento.
[1] Stanislas Dehaene, Lionel Naccache, Laurent Cohen, Denis Le Bihan, Jean-François Mangin, Jean-Baptiste Poline & Denis Rivière (2001). Cerebral mechanisms of word masking and unconscious repetition priming. Nature Neuroscience, 4(7): 752–758.