Autores
Eduardo Ochoa Hernández
Nicolás Zamudio Hernández
Gladys Juárez Cisneros
Filho Enrique Borjas García
Lizbeth Guadalupe Villalon Magallan
Rogelio Ochoa Barragán
2. Diseño del discurso académico
Formar escritores que diseñen discursos innovadores dentro de la oferta académica. Esta tradición intelectual del diseño de herramientas lingüísticas académicas es el evento más extraordinario en el diseño, ocurrió hace 5 mil años con la invención tecnológica de la escritura[1], después de este evento el desarrollo de la civilización tomó velocidad.
El diseño de herramientas nos condujo a mejores condiciones humanas. Las herramientas son el logro más extraordinario de lo que nos hace humanos. El diseñador trabaja para satisfacer las necesidades humanas de progreso ético. La Real Academia Española (RAE) refiere a diseño: “proyecto, plan que configura algo”, “descripción o bosquejo verbal de algo[2]”. La palabra diseño se sitúa históricamente en 1548 para referir a concebir y planificar un propósito específico; pero, es con el nacimiento de las universidades de la ilustración en 1812 que el diseño del discurso académico surge. Este tipo de discurso, es esencial comprenderlo dentro del contexto de la editorial académica moderna, dado que ahora es el indicador internacional de las capacidades de la tradición intelectual de las comunidades académicas. Además, la RAE deja ver que el diseño del discurso es una herramienta de transformación social. Los discursos académicos están dirigidos a cambiar situaciones en el proceso de dominio de conocimiento necesario para un resultado dado.
El diseño, tradicionalmente se enfocó en cosas y no en sujetos. Es la pedagogía moderna la que resuelve desde la ciencia cognitiva un enfoque sobre sujetos, es decir, la innovación en la educación es un asunto de nuevos diseños en los discursos académicos y en los que tienen lugar cara a cara en la formación del estudiante. Esto plantea desafíos de diseño, tanto sustantivos, contextuales y disciplinares. Los desafíos disciplinares, intentan recoger una práctica profesional en estos diseños discursivos que resuelven la tradición intelectual, el tesauro de la profesión y el tratamiento con problemas en la profundidad con la que la sociedad demande en su desempeño. Los desafíos contextuales, refieren a trascender en el diseño los límites de los cambios que tienen como propósito la educación ofertada. Los sustantivos, por otro lado, son diseños relacionados al estilo del pensamiento del discurso académico; aquí, la narrativa de hechos, la discusión de marcos de referencia, la justificación de una postura intelectual y de sobremanera los interlocutores con que se debaten las ideas que integran los cuerpos de argumentos. Cada diseño del discurso académico requiere nuevos marcos teóricos y una investigación contemporánea para intentar resolver discursos como casos concretos y originales.
El diseño del discurso académico guarda relación con el currículo, está en función de problemas en niveles de complejidad, planificación textual, estilo, rigor, propósitos específicos tanto disciplinares, lingüísticos y epistemológicos. Un proyecto de diseño transita por muchas de estas fronteras para organizar las ideas, pero también se exigen niveles de productividad, recepción de borradores y control de las versiones de los documentos. La práctica profesional del diseño del discurso de hoy implica conocimientos avanzados en el estilo académico de planificación textual y en el sistema de escritura que apoyará la creatividad. ¿Qué es la innovación educativa?, es en esencia un cambio constante de innovaciones discursivas materializadas en literatura académica curricular[3]. Investigadores creen que para salir de la crisis en la educación, la tradición intelectual y la voluntad de superar problemas con los dos pies en tierra, se hace necesaria la educación en los estilos de pensamiento con mayor énfasis que trasmitir el contenido dictado en los planes de estudio[4]. Estos estilos de pensamiento son cuerpos de texto académico, profundo conocimiento compuesto por sistemas de explicación y compresión de herramientas intelectuales. La profundidad en el diseño es la unión práctica de la investigación intelectual y los modos de narrar las experiencias del conocimiento dentro de propósitos estéticos y rigurosos.
El diseño del discurso académico, tiene la oportunidad de innovar con cada obra al servicio intelectual de los noveles. La agenda primaria del diseño es construir ideas, presentar el discurso dentro de un estilo o género que llamamos académico, y dejar abierta la discusión a la actividad crítica del estudiante. El libro académico se esfuerza por ayudar a legitimar la calidad educativa, problematizar y conceptualizar la propia tradición intelectual de la institución educativa, como una identidad necesaria para distinguir entre egresados del sistema educativo global[5]. El diseño de discursos se dirige a la innovación social y crear ambientes de progreso ético. Mientras la demagogia en innovación educativa se reconoce como una consecuencia material de nuestro tiempo, se innova con tecnologías digitales el espacio académico, pero se deja estéril el campo discursivo de la propuesta.
El diseño discursivo busca nuevas oportunidades para relacionar las diferentes tradiciones intelectuales y la creación de objetos de aprendizaje diseñados por los profesores. Creemos que el progreso material no es intrínsecamente malo o bueno, cambia en el tiempo sus intereses y exige diseños de nuevos discursos para propósitos emergentes y futuros. El discurso académico ofrece beneficios individuales y sociales a través de cambios en la conciencia profesional y posicionamiento de una tradición intelectual. En resumen, el diseño discursivo es la forma de desarrollar la disciplina intelectual de los estudiantes. Es importante, porque no respeta camisas de fuerza, en sustancia es libertad académica. Sin reflexión, sin libertad de expresión, sin un mercado libre de las ideas, estaríamos en un comercio de programas educativos que programan sin humanidad a los egresados.
Pensar a los estudiantes como objetos, es actuar con discursos al modo de prótesis físicas para realizar tareas. Los diseñadores académicos deliberadamente se conducen por el humanismo, lo que denominamos diseño discursivo en el sentido típico de la literatura formal en profundidad y rigor. Comunicar narrando un camino hipotético deductivo de piezas de conocimiento, busca la reflexión y despertar la curiosidad de investigar por propia cuenta. La narrativa intenta traer de otros mundos literarios como la poesía y el pensamiento matemático, la chispa para transformar lo sociocultural en una tradición intelectual.
Producir el texto académico, es abarcar una amplia gama de conceptos lingüísticos, alternativas disciplinares, lo expansivo del rigor y complejidad al promover prácticas críticas históricamente consolidadas por la comunidad académica. De esta manera, el discurso académico, se define por sus practicantes, como una especie de estilo que integra a los estilos científico, poético y narrativo, debajo de los cuales, se resuelve una oferta de aprendizaje que dará forma al pensamiento de los estudiantes. Así que, el diseño de este discurso es un producto con la capacidad de influenciar a las personas y los criterios que rigen sus pensamientos desde algún estilo discursivo; es más que contribución disciplinar de un plan de estudios, es decir, contribuye a más eficacia racional y cómo las personas que lo hicieron posible, lo pensaron y lo expresaron.
La crisis actual de la educación se genera con la modalidad de formar a un estudiante, al hacerlo más práctico que intelectual. Por ejemplo, se crean situaciones donde se entrena la manera de resolver problemas y nunca se da el paso de plantearlos dentro de un marco de referencia. Tomar una postura práctica centrada en el contenido y no en los procesos intelectuales que lo generan, limita a entregar a la sociedad egresados que mecanizan recetas dentro de su práctica. Con cada nuevo y modesto cambio en la conciencia discursiva profesional, se mejoran las formas de los estilos científicos expresados en el diseño académico del texto que lo materializa como literatura.
Cada nuevo diseño discursivo, es creado y desplegado en forma de literatura curricular, con el objetivo principal de afectar los modos de pensamiento y acercarlos a los múltiples (inagotables) problemas complejos y pujantes de nuestro tiempo. Los diseñadores discursivos en la academia extienden su alcance disciplinar en su contenido, lo ofrecen como progreso ético para animar a desarrollar mayor potencial intelectual al servicio de una sociedad más justa y creativa.
Un error es pensar que los libros académicos del mercado son idóneos a nuestra cultura y debilidades en nuestra tradición intelectual. Tan pronto como usted tenga este pensamiento, ya está en el camino equivocado. En oposición a innovar, estas personas, tienen la visión de no contribuir a propósitos intelectuales distintos a los que en su propia vida académica reconozcan en su memoria. El discurso creado por una comunidad académica, es un acervo de literatura para hacer pensar, justo son bienes de reivindicación ética del profesor. Esto hace referencia a una idea científica social dada por Claude Lévi-Strauss, él escribió: los mejores sujetos no son elegidos por lo que comen (contenido), sino por lo que son capaces de pensar al crear sus ideas[6].
El libro académico, es la mercancía original de la tradición académica de una comunidad de conocimiento, son valores epistémicos, disciplinares y sociales en evolución. No pretenden ser objetos que sustituyan las discusiones entre profesor y estudiante, son el espacio discursivo abierto que enriquece el aula. Desde luego que el discurso académico produce tensiones e incomoda al no caminar por recetas de pasos mecanizados, es decir, el estudiante sigue instrucciones del modo en que lo haría leyendo un manual de usuario de un horno de microondas o cualquier otro aparato tecnológico. La escritura instruccional es semánticamente estéril e ideológicamente inerte, siempre se inscribe intencionalmente ajena a los valores de las escuelas del pensamiento y a las culturas que eventualmente crearon esas experiencias intelectuales.
Los científicos, filósofos, psicólogos, lingüistas, matemáticos, poetas, entre otros, adoptando tareas de investigadores, se han inclinado hacia el discurso de análisis, de observación y registro de justificaciones. La tradición del contenido instruccional es prescripción, planificación de actividades escolares y creación de rúbricas, deja de lado el pensamiento desprendido del estilo discursivo de la tradición intelectual. Los textos tradicionales buscan descargar al profesor de tareas, para ello se nutren de ejercicios dirigidos a los estudiantes. Por otro lado, el discurso académico es en tamaño, forma, textura, estilo y rigor una conducta intelectual observable que provoca el pensamiento, como una serie de estímulos que demandan una respuesta.
El diseñador del discurso académico se apoya también en la planificación textual de objetivos, utilidad y tipo de público lector. Conduce su narrativa por la conveniencia de objetivos de discusión, justificación, demostración, cálculo y explicación dentro de un cuerpo argumental que dialoga sobre un camino intelectual. Comunicar sí es un objetivo, pero el entrenamiento en el modo de pensar es la mayor empresa de este tipo de diseño discursivo académico.
El proyecto de producir innovadores discursos académicos, más que crear información, su narrativa es una provocación a la razón y al sentir del propio tiempo en que nos toca vivir, enmarca la discusión grupal y personal, nutre el léxico especializado y nos ejercita en el estilo de pensamiento científico; pero, más grande aún es, que nos permite hacer sobresalir la postura de progreso ético de la comunidad intelectual y la responsabilidad histórica de la acción educativa con los desafíos de nuestra realidad.
2.1 Asunto de fondo
Diseño discursivo: intención, estilo del pensamiento, mensajes, escenario de discusión, artefactos disciplinares, audiencia potencial, contexto, interacción e impacto. Esta es la estructura teórico-práctica en el fondo de esta propuesta de innovación educativa centrada en el discurso académico. Como premisa básica, creemos que el diseño del discurso académico moderno abraza con entusiasmo las nuevas posibilidades de crear caminos de experiencia de conocimiento, dirigido al sustantivo: compromiso intelectual con la sociedad. Y, tal vez con el tiempo, al renovar la literatura curricular de manera sistemática, como resultado, pueda tomarse distancia del progreso de la calidad discursiva para el crecimiento intelectual y moral de los estudiantes. Consumir literatura comercial, disminuye la libertad académica, atrofia la tradición intelectual de la comunidad epistémica y disminuye la estatura de la institución educativa en relación a sus capacidades académicas objetivas.
Al escribir nuevos diseños discursivos, tenemos la oportunidad evidente de enfocarnos en la soberanía intelectual del estudiante. Representa el medio para ampliar y servir mejor a la educación en general a través de la literatura académica, es resolver con transparencia la calidad educativa. Al evaluar los diseños del discurso académico, los estudiantes, sociedad en general y gobiernos, pueden apreciar la seriedad, rigor y profundidad de los aprendizajes ofertados por la institución educativa. Las herramientas de diseño: sistema de escritura, segmentación discursiva modal, estilo del pensamiento científico, gramática, puntuado, ortografía y teoría de la argumentación, de lo literario y del discurso objetivo; todas ellas, son la oportunidad de un modo de construir más allá de literatura curricular, una comunidad académica vigorosa y generosa de ofrecer sus debates intelectuales a la mejora del aprendizaje de orden complejo.
Las escuelas del funcionalismo, formalismo, comercialismo, individualismo, racionalismo, nuevo realismo, positivismo y pragmatismo, históricamente han abordado el problema de la identidad del diseño del discurso estrechamente ligado a la epistemología, a la ontología y a la teoría literaria.
En el funcionalismo, el diseño discursivo se entiende en apoyo, reflexión y creación de textos de utilidad deseada en el entorno construido; aquí, la forma del discurso sigue a su función. Cada producto discursivo son piezas funcionales racionales para un metaargumento problema-solución en caso del texto académico. La funcionalidad es un componente limitado y articulado a un sistema mayor que le da coherencia discursiva: textualidad. Su eficiencia, suele atribuirse por su supuesta primacía y su simplificación. En entornos académicos, el funcionalismo se reduce a cuerpos de texto que contestan preguntas, cómo, en qué condiciones…, por lo que da cuenta de una estructura funcional, tal como, por ejemplo: antecedentes, planteamiento del problema, hipótesis, objetivos, métodos, discusión de resultados, conclusiones. Cuando ya está publicado, es un discurso intrínsecamente complejo y comprensiblemente difícil de desempaquetar en sus piezas funcionales. Aparentemente hace énfasis en el elemento de utilidad, son reglas simples: hacer visibles las cosas, explotar las relaciones naturales que unen la función y el control del discurso, y hacer un uso inteligente de las restricciones. Además, el objetivo es guiar al usuario sin esfuerzo a la acción correcta en el control del momento adecuado de cada pieza de la lectura del discurso[7]. Tiene la desventaja en su diseño de limitar el arte de las ideas y desnutrir el poder objetivo de su propuesta, este modo también inhibe el espacio para el diseño discursivo con utilidad en crear la experiencia intelectual.
En el formalismo, es una teoría del arte de la forma lógica de un texto, su materialidad, textura se entienden como la fuente de interpretación; cuestiones contextuales y conceptuales pasan a un segundo plano. El formalismo del diseño discursivo, se convierte en el arte de la arquitectura de proposiciones, sentencias, cláusulas formando cadenas de razones con ayuda de operadores modales. Se convierte en un estilo que privilegia la justificación hipotético deductiva de la demostración, tan propia del discurso en el pensamiento matemático. Su estilo a menudo le da un color de rigor racional. La sensación de leer este discurso, es de estar en la propiedad de la experiencia racional del acto de justificar la verdad. El diseño formalista, es una medida de justificación, demostración, explicación, categoría, cálculo y el arte de argumentar. Su estilo es el de una discusión que nos expresa las inferencias de solución como objetivo. Es un flujo de ideas basadas en la intensión de alcanzar objetividad. El diseñador en su producto discursivo hace énfasis estilístico en operaciones racionales en extremo, su discurso está segmentado por operadores discursivos que le permiten crear sofisticados cuerpos de razones y argumentos. Este formalismo en el discurso exige la educación de estilos de pensamiento objetivo, son diseños del arte de pensar. Con los resultados intelectuales del discurso formal, se gana rigor, coherencia, complejidad, objetividad y sobre todo credibilidad de la verdad que defiende. Además, desarrolla la habilidad intelectual del arte de la razón como producto de estructuras formales: argumentos. La proposición, los operadores modales y las inferencias son sus piezas distintivas. Requiere para su diseño una habilidad lógica en el discurso de las ideas, abstracción profunda al modo del pensamiento matemático.
En el comercialismo, el diseño está indisoluble a criterios del mercado editorial. Su diseño es centrado en las masas y en la utilidad profesional, industrial y las competencias de rentabilidad laboral. En su ámbito técnico, su diseño busca lucro, activismo y responsabilidad profesional. Esta perspectiva dominante de las editoriales, reducen la complejidad, prefieren la ilustración gráfica, reducen el rigor del lenguaje especializado y se centran en exponer con simplicidad al mismo tiempo que dejan de lado la demostración de su verdad. Se promueve a la institución educativa en primer plano y en segundo a la figura de los académicos en su desempeño y calidad discursiva. Los proyectos buscan crear discursos que llenen el ojo del mercado y generalmente la academia está al servicio comercial de su propuesta, anteponiéndose a la intención de alcanzar objetivos de progreso ético e intelectual. Un buen discurso en este paradigma es medido por su visibilidad electrónica en la Web y por su rentabilidad financiera. Sin embargo, es una oportunidad para financiar proyectos editoriales más serios y consolidar una editorial académica con viabilidad financiera. El diseño de este discurso es el modo práctico de informar, lustrar los conceptos con habilidosos diseñadores gráficos y campañas publicitarias de su supuesta utilidad.
El individualismo, es un diseño centrado en un usuario con soberanía intelectual, para que se responsabilice del desafío cognitivo, realizándolo al flujo del discurso de investigaciones complementarias para su comprensión plena. Son productos literarios con el sello individual de los autores y sus prototipos discursivos con estilos originales. La libertad académica en este discurso encuentra su máximo límite creativo, donde la idea de su texto radica en la producción de experiencias de aprendizaje de lo más serio y riguroso posible que renueven la imagen intelectual del escritor académico. Su diseño es un conjunto de innovaciones discursivas en estilo y forma adecuados para lograr éxito en la mayor complejidad posible[8]. Se crea una oferta de literatura donde los académicos están más libres para crear sus propuestas discursivas con un sello personal. La tensión entre criterios editoriales institucionales y la libertad académica se llevan al máximo. El diseño de cada obra es inventado en la concepción de la obra para ganar originalidad discursiva, innovar en estrategias de aprender lo complejo. En estos discursos, moralmente sus autores están en el primer plano de reconocimiento y en el segundo las instituciones en las que está inscrito. Sus diseñadores se convierten en voces con el poder de ser líderes de conocimiento en sus sociedades de influencia. Aquí, el producto del diseño, es un discurso con el potencial de ser un arte centrado en comprender un trayecto individual de experiencia y servir como referencia del capital intelectual de las instituciones educativas.
Desde el racionalismo, el diseño está enfocado en la actividad lógica de solucionar, plantear y discutir problemas. El diseño es claramente un estilo discursivo propio de la ingeniería y las ciencias naturales más serias en su propuesta de justificación de su objetividad. El discurso académico se estructura desde la declaración del problema y las necesidades de diseño están en en función de ganar terreno a la aproximación a la verdad. Este tipo de diseño es el intento de estar discutiendo en la frontera del conocimiento y además, su literatura es referencia de las capacidades científicas y de ingeniería que se ofrecen a la sociedad en materia de formar recursos humanos de alto perfil intelectual. En este estilo, la evidencia y la referencia para ganar objetividad es junto con la demostración un rasgo distintivo. Sentencias al modo de fórmulas de razonamiento de cadenas de proposiciones, despliegan el arte discursivo de lógica modal del más exigente rigor y coherencia que sea posible alcanzar. La filosofía de la ciencia enmarca sus paradigmas y crea en su cotidianidad cuerpos de texto que desarrollan teorías. Además, el ensayo, la revisión, el informe técnico, la discusión, el cálculo y la justificación son el quehacer de este oficio discursivo. Este tipo de discurso, asume el compromiso del lector con la responsabilidad de investigar los términos especializados y las ideas elementales ocultas y necesarias para su comprensión de lo complejo. Sin duda, este discurso es un espacio de oportunidad para el arte de la razón más rigurosa y elegante del estilo del pensamiento técnico y científico. Para el racionalismo, a diferencia del formalismo, son de importancia los estilos de razonamiento que constituyen metaargumentos necesarios para llegar a diferentes tipos de conocimientos: científico, literario, matemático, poético.
El racionalismo oculta al narrador, a las emociones y a la experiencia más íntima de la actividad intelectual del autor. La redacción da color de fría y calculadora. Las experiencias del usuario en este tipo de discurso entrena los modos de pensamiento objetivo y los procesos de formulación racional más comúnmente aceptados por la comunidad científica y de ingeniería. Sin embargo, excluye la intención de crear una experiencia que desnude la actividad intelectual para cada proceso de creación. Es decir, oculta la voz del camino creativo que distingue al texto académico en su potencial de formación de nuevos cuadros de profesionales. Está comprometido con la verdad y la eficacia técnica y, escasamente con la formación del estilo del pensamiento de nuevas generaciones de científicos e ingenieros. Excluye la posibilidad de lo literario en sus narrativas, es decir lo poético y la imaginación estética de la literatura de ficción están fuera de su ámbito de diseño.
En el caso del positivismo, el proceso de diseño es un amor delirante a los hechos científicos, al postulado de que la razón puede conocer todo lo real, que es posible agotar lo que un existencial es y lo real es equiparado al lenguaje que lo representa. Este discurso es resultado de procesos de investigación que crean cuerpos de explicación teórica, técnica, metodológica y ensayan la factibilidad de los resultados de investigación. Controlar variables, apoyarse en modelos ideales expresados en estructuras matemáticas, realizar experimentos mentales y justificar situaciones realistas o naturales. El discurso busca exponer lo falso y lo verdadero desde la base axiomática de la razón. Se pregunta sobre agendas de objetivos de justificación de lo real y lo verdadero. Produce información validada y fiable. Considera que fuera de la base axiomática no hay verdades y evita lidiar con la incertidumbre y lo improbable. En resumen crea un discurso objetivo con énfasis en que la razón y su coherencia lógica son su valor de objetividad junto con hechos y evidencias.
Es un conocimiento por validez de la estructura, confiabilidad y generalidad al imitar la demostración matemática como discurso argumental. Produce conclusiones de cálculo basadas en modelos ideales y sintéticos que expresan que la razón puede crear nuevos diseños del mundo dado. Este diseño discursivo ignora la narrativa literaria y poética, sus intenciones son producir objetividad estrechamente con la filosofía del realismo. Es más una propuesta intelectual que un curso práctico, dispone de libertad para crear sin límite el arte de razonar al escribir cuerpos de argumentos, con el riesgo de que no encuentre referencia con la realidad. Es un discurso sistematizado, desarrollado para crear la objetividad como prototipos de lo real. Es un refinamiento de la lógica modal a extremos de su potencial. Se practica la idea de conocimientos estandarizados, normas y criterios sobre lo verdadero. Su propuesta es fría y calculadora, y le preocupa de sobremanera que hechos y evidencias guarden referencia coherente con las conclusiones a las que llega antes que ser una experiencia didáctica.
En el pragmatismo, el discurso académico encuentra espacio para el diseño más libre. En este discurso se combinan los modos anteriores ya descritos, y además, lo literario y poético tienen un enfoque en la seducción de razones y emociones. Es más reflexivo en lo disciplinar, lo estético, lo racional y lo emocional. Se comunica con un narrador y hace gala de flexibles estilos que concilió en sus cuerpos de discurso. Es un discurso partidario del nuevo realismo, se expresa con elegancia en una voz que orienta al aprendiz. Se comunica con facilidad entre disciplinas y documentar es un quehacer diario de sus cuerpos de texto. Se centra en la reflexión que provoca a la audiencia el debate y, diseña marcos de crítica cultural de las malas prácticas que impiden el progreso ético de la sociedad.
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[1] Manguel, A. (2013). Una historia de la lectura / A History of Reading (Spanish Edition) (Translation ed.). Alianza Editorial Sa.
[2] https://dle.rae.es/?id=DuKP0H9
[3] Norman, D. (2010). Why design education must change. core77, 11, 26.
[4] Deming, W. E. (2018). Out of the Crisis. MIT press.
[5] Lyons, R. E., & Rayner, S. (2016). The Academic Book of the Future (1st ed. 2016 ed.). Palgrave Macmillan.
[6] Lévi-Strauss, C. (1963). Totemism ((157)). Beacon Press.
[7] Norman, D. A. (2013). The Design of Everyday Things (The MIT Press) (revised and expanded edition ed.). MIT Press.
[8] Sanders, L., & Stappers, P. J. (2012). Convivial Toolbox: Generative Research for the Front End of Design (01 ed.). BIS.