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Hermenéutica

 

 

 


La hermenéutica es la disciplina filosófica que se ocupa de la interpretación y comprensión de los textos, los discursos, las acciones humanas y la realidad en general. Su nombre proviene del griego hermēneuein, que significa interpretar o traducir, y se vincula simbólicamente con Hermes, el mensajero de los dioses, mediador entre el sentido oculto y su manifestación. En términos generales, la hermenéutica se pregunta cómo comprendemos y bajo qué condiciones es posible la interpretación (Gadamer, 2005).


En sus orígenes, la hermenéutica estuvo ligada a la interpretación de textos sagrados, jurídicos y literarios. Durante siglos, su función principal fue establecer reglas para comprender correctamente las Escrituras, las leyes y las obras clásicas. Sin embargo, en la modernidad, especialmente a partir de Friedrich Schleiermacher, la hermenéutica se transformó en una teoría general de la comprensión, aplicable a todo tipo de textos y expresiones humanas.


Un concepto central de la hermenéutica es el llamado círculo hermenéutico, según el cual la comprensión del todo depende de la comprensión de las partes, y viceversa. Esto significa que interpretar un texto no es un proceso lineal, sino dinámico: el lector avanza constantemente entre los fragmentos y el sentido global, ajustando su comprensión de manera progresiva. Nunca se parte de una neutralidad absoluta, ya que todo intérprete posee precomprensiones, es decir, ideas previas que influyen en su forma de entender.


En el siglo XX, la hermenéutica adquirió una dimensión ontológica con Martin Heidegger, quien sostuvo que la interpretación no es solo un método para leer textos, sino una estructura fundamental de la existencia humana. Para Heidegger, el ser humano comprende el mundo antes incluso de teorizar sobre él. Posteriormente, Hans-Georg Gadamer desarrolló la hermenéutica filosófica, afirmando que toda comprensión es un diálogo entre el pasado y el presente, entre la tradición y el intérprete, lo que llamó la fusión de horizontes.


La hermenéutica tiene aplicaciones en múltiples campos: la filosofía, la literatura, la historia, el derecho, la teología, la educación y las ciencias sociales. En todos ellos, permite comprender que el sentido no es algo fijo y completamente objetivo, sino el resultado de una relación viva entre el texto, el contexto y el intérprete. Por ello, interpretar no es repetir mecánicamente un significado, sino reconstruirlo críticamente desde una situación histórica concreta.


En el ámbito educativo, la hermenéutica fomenta una lectura profunda, reflexiva y crítica. Enseña que comprender un texto no consiste solo en decodificar palabras, sino en dialogar con el sentido, cuestionarlo, actualizarlo y relacionarlo con la experiencia propia. De este modo, la hermenéutica fortalece competencias como la lectura analítica, la argumentación y el pensamiento crítico.


En síntesis, la hermenéutica es la teoría filosófica de la comprensión y la interpretación. Su aporte fundamental consiste en mostrar que todo conocimiento está mediado por el lenguaje, la historia y la experiencia del intérprete, y que comprender no es un acto pasivo, sino un proceso activo, crítico y profundamente humano.

Referencias


Gadamer, H.-G. (2005). Verdad y método. Sígueme.
Heidegger, M. (2010). Ser y tiempo. Trotta.
Schleiermacher, F. (2006). Hermenéutica. Tecnos.
Abbagnano, N. (2010). Diccionario de filosofía. FCE.