Lenguaje y Comunicación I: Leer y escribir para pensarnos
Unidad Siete: Presentación de diapositivas, mapas conceptuales sobre el síntesis de texto.
7.0 La lengua y la cultura
La cultura —cualquier cultura— es una convención, resultado de la suma de otras convenciones (lingüísticas, rituales, simbólicas, de comportamiento). Cada hecho cultural es, por tanto, convencional y arbitrario; es un signo que pertenece al conjunto del sistema cultural, que tiene un significado y una función propios, que se opone, dentro del mismo sistema, a otras unidades de forma sistemática, que se combina con otras unidades del sistema y que es susceptible tanto de una descripción funcional como de una definición por oposición a otros elementos.
La lengua y la cultura han ido de la mano; han cambiado y evolucionado de acuerdo con el curso del ser humano y de las necesidades que ha creado sobre este planeta. Constantemente observamos el desarrollo cultural y de los signos que se van fraguando en nuestra realidad. En la actualidad, la lengua tiene un papel importante dentro de la cultura, pues expresa, por medio de diversos enunciados o expresiones, las formas de pensar, vivir y sentir de la humanidad.
La reflexión queda, entonces, para el buen uso y aplicación de la lengua en nuestra cultura: valernos de esta herramienta de comunicación de la mejor manera posible, mediante todos los medios ya existentes. Es increíble que podamos estar comunicándonos al mismo instante con otra persona que se encuentra lejos de nosotros, por diversos medios y formas de expresión. Aprovechemos, pues, nuestra lengua y su valor comunicativo para el desarrollo digno de nuestra cultura, respetando los pensamientos y sentires humanos de buena voluntad.
7.1 Actos del habla
En los procesos de comunicación e interacción social se manifiestan acciones lingüísticas o actos de habla. Es la pragmática la que estudia las funciones del habla dentro de estos procesos de comunicación; son procesos de producción de enunciados en la interacción social. Los actos de habla tienen la intención de criticar el conocimiento, direccionar los deseos y comportamientos de nuestros interlocutores. Tienen, en suma, una función de acción comunicativa: persiguen lograr éxito en la interactividad. El cambio en el interlocutor nos refiere que la interpretación, percepción o descripción ha ocurrido.
El acto de habla, en su primera capa, se apoya en la palabra; en su segunda, en la enunciación; en su tercera, en la cadena de razones, y en su cuarta, en el discurso. Así, los actos de habla son convenciones que responden a propósitos de comunicación: conocer al ser humano y provocar cambios sociales en él. William Labov, creador de la sociolingüística, nos dice que la lengua educada consiste en saber cuándo estar callados, cuándo hablar, cómo transmitir, cómo emplear la cortesía y el respeto en el diálogo. Esto ocurre como imitación de los actos de habla entre clases sociales. La lengua es de quien la trabaja. Los actos de habla son correctos cuando los usamos con propiedad: los hablantes inteligentes emplean cortesías de género como señor, señora, niño, niña; pero en ese ir hablando día a día crecemos, nos desarrollamos y aumentamos nuestros recursos pragmáticos: los modos verbales.
Modo indicativo.
En este modo verbal se afirma como real lo expresado; indica certeza.
Ejemplos:
Él camina los días jueves.
Ellos participan en el círculo de lectura.
El profesor vive en Morelia.
El gato maulló por la noche.
La golondrina volaba por el patio.
Modo subjuntivo.
Expresa deseo o petición; son afirmaciones hipotéticas.
Ejemplos:
Ojalá que sientan vergüenza.
Quiero que el libro se lea.
Modo imperativo.
Ordena realizar alguna acción.
Ejemplos:
Limpia tu computadora.
Volvamos a la fuente del parque.
Caminemos por entre poemas.
No hablen cuando estamos exponiendo.
Hágase el cálculo de temperatura.
Los hablantes son los verdaderos propietarios de la lengua; ellos configuran los escenarios del habla. Condicionan el escenario como valores normativos del grupo o comunidad hablante. En ciudades o en pequeñas rancherías, el habla se ajusta al entorno sociocultural, con cambios en función de la situación, el grupo, la cultura y la conducta comunitaria. Es decir, interpretamos el entorno de comunicación y ajustamos nuestro habla a esas necesidades.
El habla que deja huella en su acción comunicativa es la de un líder que influye en sus interlocutores. La originalidad del habla refleja la personalidad y pretensiones del emisor; pero es la sinceridad y profundidad de lo dicho lo que crea la empatía necesaria para que el público decida comprender lo expresado. La originalidad de la estrategia de comunicación, el manejo del tiempo y la dinámica de interacción ayudan, pero sobre todo lo hace la pasión con la que se manifiestan énfasis, emociones y motivaciones. Un componente clave del mensaje debe estar cargado de emoción, mientras que los mensajes de fundamento pueden ser sobrios y con un tono que distinga las variables involucradas en sus ideas. El empleo de mensajes de cercanía con los interlocutores reduce los prejuicios hacia el emisor y amplifica el canal de comunicación. La diplomacia del habla proyecta tolerancia y dignidad hacia quienes piensan diferente.
Permita que los otros hablen; apóyese en analogías para ejemplificar argumentos complejos; no olvide agradecer la atención a su habla y sea muy diplomático cuando alguien refute sus ideas. El uso de un lenguaje claro en el discurso ayuda a muchos: un lenguaje estructurado en antecedentes, problema, hipótesis, tesis, evidencia y conclusiones. La claridad es también administrar el tiempo y no extenderse en detalles de introducción.
La sencillez en el habla consiste en emplear analogías que reduzcan la complejidad de razones y argumentos de nuestra red de ideas. La extravagancia o arrogancia en lo infalible de nuestras ideas solo logra que el interlocutor se irrite y rompa la comunicación. Por ello, debemos usar un lenguaje puntual, con pausas entre apartados discursivos, por ejemplo:
Conceptos, problemas, teorías, sistemas, tecnologías.
Antecedentes históricos, problema, solución.
Instrucción, problema, tesis, evidencia y conclusión.
Al comunicarnos, utilizamos la lengua de distintas maneras según nuestras necesidades de expresión y la intención que deseamos imprimir al mensaje. De este modo, podemos distinguir varias formas y reglas de expresión lingüística que combinamos según el contexto en que nos comunicamos.
Actos de habla:
Referencial: comunica la relación entre objeto y lenguaje (empírico).
Emotivo: comunica la relación entre emisor y lenguaje (emocional).
Conativo: comunica la relación entre mensaje y receptor.
Poético: comunica la experiencia del mensaje con uno mismo.
Fático: el contenido del mensaje tiene menos importancia que la forma de comunicación.
7.2 Rasgos distintivos del lenguaje oral
El uso de las letras
Para tener un entendimiento más preciso en lo referente al uso de las letras, es necesario tener claros algunos conceptos básicos: el abecedario, los fonemas, las vocales y las consonantes.
El abecedario español está compuesto por veintisiete letras. Estos dígrafos representan un sonido o una combinación de sonidos.
Los fonemas son la unidad lingüística abstracta (imagen mental) más pequeña del habla humana, la cual, a través de los sonidos, permite que podamos distinguir el significado de las palabras y, al mismo tiempo, diferenciar unas de otras. La representación gráfica de los fonemas se realiza entre rayas oblicuas:
/a/, /b/, /c/, /d/.
En el español podemos encontrar algunos casos en los que las vocales pueden formar sílabas por sí mismas: a-u-l-a. En nuestro lenguaje contamos con cinco fonemas vocálicos: /a, e, i, o, u/.
Estas vocales se dividen en dos tipos:
- Orales: /a/, /e/, /o/. En la emisión de estas vocales, el velo del paladar se pone en contacto con la parte posterior de la faringe, provocando que la abertura entre la lengua y el paladar sea abierta (para la /a/) o semiabierta al emitir (la /e/ y la /o/).
- Nasales: /i/, /u/. Para su emisión, el velo del paladar baja, de modo que la abertura entre la lengua y el paladar se cierra, produciendo vocalizaciones nasales.
Las consonantes, por su parte, requieren de las vocales para formar sílabas: Pa-ti-ño. De acuerdo con nuestro idioma y según la Real Academia Española, nuestro alfabeto se compone de veintisiete letras; por lo tanto, los fonemas consonánticos son los siguientes: /b/, /c/, /ch/, /d/, /f/, /g/, /h/, /j/, /k/, /l/, /ll/, /m/, /n/, /ñ/, /p/, /q/, /r/, /s/, /t/, /v/, /w/, /x/, /y/, /z/.
Las consonantes se clasifican principalmente tomando en cuenta dos aspectos:
- Punto o zona de articulación y modo de articulación.
- Por el punto o zona de articulación, considerando los lugares de la boca donde contactan o se unen órganos articulatorios para producir algunos de los sonidos.
Al producir o articular las consonantes se genera la aproximación tanto del órgano inferior (móvil) como del superior (rígido). En función de ello se puede hacer la clasificación de los fonemas en distintos puntos de articulación, que nos permiten emitir los siguientes sonidos:
- Bilabiales: se producen por aproximación de los labios (/b/, /p/, /m/).
- Labiodentales: surgen con el labio inferior sobre los dientes, como la /f/.
- Interdentales: con la punta de la lengua entre los dientes superiores e inferiores, como la /z/.
- Linguodentales: con el ápice de la lengua sobre los dientes superiores, como la /t/ y la /d/.
- Linguoalveolares: con el ápice de la lengua sobre el alveolo (donde termina la cavidad bucal), como /s/, /l/, /r/, /rr/, /n/.
- Linguopalatales: con el predorso de la lengua sobre el paladar, como /ch/, /y/, /ll/, /ñ/.
- Linguovelares: con el dorso de la lengua sobre el velo del paladar, como /k/, /g/, /j/.
En cuanto al modo de articulación, las consonantes se dividen en dos grupos: oclusivas y constrictivas.
- Consonantes oclusivas: se producen al obstaculizar o realizar una oclusión completa de los órganos bucales y liberar súbitamente el aire comprimido en la boca, lo que genera un sonido explosivo. Por ello se les denomina también consonantes plosivas o explosivas. Ejemplos: /p/, /b/, /t/, /d/, /k/, /g/.
- Consonantes constrictivas: a diferencia de las oclusivas, surgen por un estrechamiento o constricción parcial de los órganos de la boca, limitando la salida del aire. Por ejemplo, al pronunciar la /f/, se muerde parcialmente el labio inferior.
De acuerdo con lo anterior, la constricción parcial de los órganos de la boca genera diferentes modalidades de obstáculos que permiten otras divisiones:
- Africadas: combinan oclusión y fricción, como la /ch/.
- Fricativas: se producen con un roce parcial, como /f/, /z/, /s/, /y/, /j/.
- Laterales: el aire sale por un lado de la cavidad bucal, como /l/, /ll/.
- Vibrantes: la lengua vibra al pronunciar, como /r/, /rr/, consideradas también linguoalveolares.
7.3 Rasgos prosódicos
Los rasgos prosódicos son el conjunto de recursos vocálicos que se utilizan en la articulación de más de un fonema para expresar significados, tanto de contenido semántico como de interpretación pragmática. Todo ello abarca el tono, la melodía, el acento, las pausas, la velocidad de elocución, el ritmo y la entonación. Al conjunto de estos rasgos se les denomina fenómenos suprasegmentales.
La prosodia, en el lenguaje oral humano, cumple una función primordial en la organización e interpretación del discurso de los hablantes y, al mismo tiempo, transmite información sociolingüística, emotiva y dialectal.
En nuestro idioma, el español, los dos rasgos prosódicos más importantes son la acentuación y la entonación. En cuanto al ritmo, su función es agrupar los sonidos del discurso en segmentos o bloques, conocidos como palabras fónicas o grupos rítmicos, con el fin de facilitar la descodificación y comprensión del mensaje emitido. Las pausas, por otro lado, contribuyen de forma sustancial a caracterizar los patrones entonativos y rítmicos utilizados en el lenguaje.
Debemos considerar que, en la pronunciación, la entonación es sin duda un elemento primordial de la identidad lingüística del hablante o aprendiz. Existe una estrecha relación entre el componente entonativo y el afectivo. Es inevitable que en la transmisión de un mensaje la entonación revele información personal del emisor: actitud, ánimo, emociones y sentimientos.
7.4 Acento
El acento ha sido conceptualizado de variadas maneras en la literatura, pero su distinción más importante se da entre acento léxico y acento tonal. Se utiliza para dar énfasis a una o más unidades lingüísticas (sílaba, palabra o constituyentes) mediante recursos fonéticos. Su rasgo auditivo principal es el realce.
El estudio de la prominencia léxica del acento nos da la clave sobre la ubicación de las sílabas predominantes dentro de las palabras; es decir, los factores rítmicos, posicionales, cuantitativos y morfológicos que rigen los patrones de prominencia silábica en el lenguaje.
Las sílabas dominantes pueden ocasionar movimientos tonales con fuerte carga perceptiva, y suelen tener mayor duración e intensidad, aunque esto depende de la altura tonal. El acento da relieve a una sílaba con respecto a las demás, se ubica en relación con la palabra y permite distinguir significados. Hay palabras con la misma serie de fonemas que, dependiendo de dónde lleven el acento, adquieren significados diferentes.
Ejemplos:
cerro / cerró
deposito / depósito
limpio / limpió
si / sí
El acento prosódico, por otro lado, otorga el mayor realce en la pronunciación de algunas sílabas respecto de las que las rodean. Proporciona un valor distintivo en palabras que están formadas por las mismas sílabas.
Ejemplo:
donde / dónde
La sílaba tónica es la que cuenta con el acento, como en análisis. La sílaba átona, en cambio, se pronuncia sin acento, como en revista.
Una regla importante a considerar es que las palabras monosilábicas se escriben sin acento ortográfico, salvo casos de tilde diacrítica. Ejemplos: dio, fe, bien, ve.
7.5 Ritmo
En el lenguaje, la relación entre los acentos y las pausas crea esas pulsaciones sonoras que conocemos como ritmo.
Si al hablar estas relaciones se manifiestan en intervalos de tiempo muy breves o iguales, obtendremos un ritmo rápido y monótono, poco útil para la comprensión del mensaje.
Si, por el contrario, los intervalos son demasiado largos o se expresan de forma muy irregular, el ritmo resultará inexistente en el primer caso y caótico en el segundo.
El ritmo está estrechamente ligado a la velocidad del habla. Hay momentos en que se debe hablar con mayor rapidez y otros en que es necesario disminuir la velocidad. Lo importante es encontrar un ritmo adecuado, que permita expresarnos con claridad y, al mismo tiempo, mantener la atención de quien escucha.
7.6 La velocidad de elocución
Velocidad del habla o tempo de elocución se considera así a la rapidez con que una persona articula las palabras durante su discurso. También lo podemos entender como el número de elementos fónicos (sonidos y pausas) que se pronuncian durante una unidad de tiempo determinada.
La velocidad de elocución puede variar en un mismo emisor, ya que está ligada a diferentes situaciones, entre otros factores, el énfasis e importancia informativa de los datos expresados y que configuran el discurso. La velocidad o lentitud también nos permite flejar estados de ánimo del hablante.
Por ejemplo: cuando el discurso se expresa en tono bajo, puede expresarnos tristeza, miedo, desanimo,…
La rapidez en el discurso puede expresar, prisa, miedo, alegría, etc.
7.7 La entonación
La entonación abarca varios factores: el grado de elocución, tono, inflexión y expresión de la voz alcanzada, para lograr una expresión oral que consiga transmitir el mensaje. Es un elemento sonoro, no verbal. La entonación es primordial en la comunicación oral, a través de ella podemos dar gran sentido y valora las palabras, al hablar es importante graduar, matizar, subir o bajar el volumen de la voz.
Es importante que en el lenguaje oral, la entonación sea adecuada, dar realce a las palabras que se consideran clave, bajar o elevar el tono para evitar la monotonía, evitar palabras hirientes irónicas, cuando no sean la intensión. La entonación se puede dividir en ascendente, descendente y mixta.
La ascendente la podemos observar en la indecisión, incertidumbre, o cuando tenemos duda o suspenso.
La descendente es lo opuesto ya que la vemos cuando el discurso nos refiere, certeza, firmeza, confianza o determinación.
La mixta, nos presenta ambos casos de entonación ascendente y descendente, lo cual nos refiere confusión o conflicto y hasta contradicción de los significados del lenguaje oral, esta situación se da cuando en el lenguaje se presenta la ironía o sarcasmo o para exponer una sugerencia.
Dentro de la comunicación humana existen rasgos o elementos no lingüísticos La comunicación no se limita a elementos verbales, existen herramientas paralinguísticas que completan la comunicación verbal y que nos permiten una compresión más completa como el silencio, los gestos, el llanto o la risa y los movimientos corporales que forman parte de nuestras expresiones y que acompañan al mensaje que se trasmite de forma presencial.
7.8 Componentes paralingüísticos
Estos componentes son aquellos que observamos en el cómo se dice algo en oposición a lo que se dice. Los elementos vocales afectan fuertemente al significado de lo que se dice en cómo se recibe el mensaje. Las mismas frases utilizadas en varios tonos de voz o dando mayor énfasis a determinadas palabras puede transmitir mensajes muy diferentes. Un mensaje a pesar de contener las mismas palabras puede considerarse menos importante e incluso ser contradictorio por el tono de voz con el que se dice.
Las señales orales utilizadas por las personas hacen que nos formemos juicios de los demás. Aquellas personas que utilizan variados tonos de voz son juzgados como personas dinámicas o extravertidos y aquellos que tienen una habla lenta o monótona, tal vez se les considere como fríos, hasta perezosos o retraídos. Las personas que consiguen sobresalir o tienen logros más altos, suelen hablar más deprisa, con más énfasis y entonación, un volumen más alto y suenan más confiados y seguros de sí mismos. Los conversadores que tienen fluidez son considerados más competentes.
Los elementos paralingüísticos son imposible que se empleen aislados, el significado del mensaje transmitido es el resultado de la combinación de señales; consonantes y vocales y una conducta verbal, todos ellos, evaluados dentro de un contexto o una situación determinada.
7.8.1 La latencia
Se considera así, al intervalo temporal de silencio que se da entre la terminación de una oración por un individuo y la iniciación de otra oración por otro individuo dentro de una conversión, cuando existen latencias largas son percibidas como conducta pasiva, tanto por parte de quien habla como por el que escucha.
Por otro lado, las latencias muy cortas o las latencias negativas consideradas como interrupciones su percepción puede ser normalmente como conducta agresiva, ello al no permitir que la persona termine la oración.
7.8.2 Volumen
La función primordial y más básica del volumen es el hacer que un mensaje llegue hasta un oyente potencial, una situación negativa y que no permita conseguir tal objetivo, es un nivel de volumen que sea demasiado bajo para conseguir tal función, el ignorar llevar a cabo un sostenimiento de volumen adecuado puede provocar por ejemplo, que quien habla sea ignorado.
Hay ciertos mensajes que podemos captar cuando el volumen de voz es muy bajo por ejemplo puede indicar tristeza o sumisión por parte del hablante, mientras que un volumen de voz alto puede indicar dominio, seguridad y/o persuasión. Sin embargo, un volumen demasiado alto sugiere agresividad, o hasta ira, puede traer consecuencias negativas. Un volumen moderado provoca aceptación, agrado y hasta respeto, los cambios en el volumen de voz son de gran importancia y pueden usarse en una conversación para enfatizar, restar importancia o definir puntos. Una voz plana que varía poco el volumen puede no ser muy interesante de escuchar y perder todo interés el hablante.
7.8.3 Timbre
El timbre en el lenguaje oral surge por la forma única de los seres humanos de las cavidades orales que permiten la calidad vocal o resonancia clara de la voz producida. De acuerdo con características específicas y en ocasiones biológicas de los hablantes se pueden distinguir algunas clases de voz:
Voz aguda caracterizada más en los niños, y por tanto se percibe al hablante como indefenso o inocente.
Voz plana, es una voz que cansa, que se percibe como lenta o hasta de desamparo.
Voz robusta, es un tono de voz que impresiona, que nos refleja un hablante seguro.
7.8.4 Inflexión
La poca entonación, utilizar un volumen bajo por parte del hablante produce aburrimiento y falta de interés. Un tono de voz que sube o baja según el mensaje que el hablante desea transmitir provoca que se perciba al hablante como personas más dinámicas y extravertidas, cuando existe cambios en el tono y la inflexión del lenguaje, permite una conversación a menudo de interés y duración. Es importante encontrar un tono de voz adecuado que sea evaluado positivamente.
Algunos de los tonos que se reconocen como comunes son:
• Un tono elevado y volumen bajo: puede reflejar sumisión o pena.
• Un tono elevado y volumen alto: son característicos de personas con hiperactividad
• Un tono bajo y volumen elevado: refleja dominancia que puede producir actuación defensiva por parte del escucha.
• Un tono bajo y volumen variado: es agradable
• Un tono bajo y volumen bajo: nos refleja tristeza o aburrimiento.
7.8.5 Fluidez del habla
En el lenguaje oral se tiene vacilaciones, se cambian palabras, se dan falsos comienzos por confusión y las repeticiones son bastante normales en las conversaciones diarias. Lo anterior impide llevar a cabo la fluidez del lenguaje, hablar con un tono adecuado, pausas no excesivas tanto en alargarlas o cortarlas demasiado, evitar en lo más posible el uso de muletillas, tener conocimiento del tema que se habla y la certeza de a donde se quiere llegar, son puntos a considerar importantes y que nos permitirán la fluidez del lenguaje.
7.9 Recursos expresivos
Durante el desarrollo de la propia expresión oral, el género humano ha encontrado diversas formas de manifestar el conocimiento, como parte de la comunicación entre comunidades, familias e individuos. Por tradición, estos campos de expresión han sido: adivinanzas, poesía, trabalenguas, juegos de palabras y canciones populares.
Adivinanzas
Su origen no está especialmente destinado a la infancia, pero su transmisión oral ha permitido que el mundo de los niños, con el paso de los años, se haya apropiado de ellas, aunque no de modo exclusivo.
Ejemplos:
De cabra y de leña soy
y me obedecen temblando;
que a muchos cuesta la vida
el no hacer lo que yo mando.
(El tambor).
El sol tiene frío,
no quiere salir;
metido entre nubes
se ha puesto a dormir.
(El invierno).
La dificultad de comprensión del mensaje que el emisor transmite al destinatario se debe, en algunos casos, a las referencias históricas y culturales que aparecen; en otros, a la presencia de metáforas más o menos literarias.
Poesía
Ya sea en verso o en prosa, la poesía es la manifestación de la belleza del pensamiento y de los sentimientos. Desde la más remota antigüedad, ha constituido la expresión sublime que manifiesta y desentraña las emociones humanas: dolor, alegría, tristeza, entusiasmo, admiración, etc.
La admiración, en particular, según Aristóteles, es fundamental en la creación de la filosofía; sin embargo, también es fuente esencial en el desarrollo de la sensibilidad humana, y con ello surge la oportunidad de crear expresión artística. Ejemplo de ello es el gran poeta cubano José Martí, quien, rompiendo la tela del viento, declamó:
Quiero, a la sombra de un ala,
Contar este cuento en flor:
La niña de Guatemala,
La que se murió de amor.
Eran de lirios los ramos,
Y las orlas de reseda
Y de jazmín: la enterramos
En una caja de seda.
…Ella dio al desmemoriado
Una almohadilla de olor:
El volvió, volvió casado:
Ella se murió de amor.
Iban cargándola en andas
Obispos y embajadores:
Detrás iba el pueblo en tandas,
Todo cargado de flores.
…Ella por volverlo a ver,
Salió a verlo al mirador:
El volvió con su mujer:
Ella se murió de amor.
Como de bronce candente
Al beso de despedida
Era su frente ¡la frente
Que más he amado en mi vida!
…Se entró de tarde en el río,
La sacó muerta el doctor:
Dicen que murió de frío
Yo sé que murió de amor.
Allí, en la bóveda helada,
La pusieron en dos bancos:
Besé su mano afilada,
Besé sus zapatos blancos.
Callado al oscurecer,
Me llamó el enterrador:
¡Nunca más he vuelto a ver
A la que murió de amor!
Trabalenguas
Indudablemente, este es otro de los campos preferidos de la expresión oral. Tradicionalmente, en diferentes culturas se registran los trabalenguas: combinaciones de palabras de difícil pronunciación que se comparten como una forma de entretenimiento, pero que al mismo tiempo tienen la virtud de desarrollar habilidades para facilitar la correcta articulación de las palabras.
A su vez, han sido una forma de diversión después de las actividades cotidianas, y también un recurso escolar para que los alumnos mejoren su expresión y amplíen su conocimiento.
Ejemplos:
Pablito clavó un clavito en la calva de un calvito.
En la calva de un calvito, un clavito clavó Pablito.
El cielo está enladrillado, ¿quién lo desenladrillará?
El desenladrillador que lo desenladrille, buen desenladrillador será.
Alborotador, deja de alborotar,
que los alborotadores como tú
alborotadoramente vivirán.
Juego de palabras
El juego de palabras promueve un nuevo modo de pensar en ciencias sociales, que busca llegar a formulaciones conceptuales. Se pueden encontrar prácticamente en todas las culturas a lo largo de la historia. A su vez, son acertijos de entretenimiento que fomentan el desarrollo del conocimiento.
Podemos considerarlos como los primeros rompecabezas que desafiaron a la mente humana a encontrar respuestas al misterio de ciertos fenómenos, como el enigma de la esfinge.
El juego de palabras es un pasatiempo y una competición entre dos o más personas. Presenta un reto atractivo, y resolverlo implica que el competidor se esfuerce en pensar sobre la respuesta.
Ejemplo (sopa de letras):
C O M A D R E J A
C H U B M A L I S
C Ñ L E O N E R U
O S O J N A F A I
D L R A O O A F L
R O O C C I N A A
I B B A A T G M S
L O L V S A E U A
O R E N R A C P J
La capacidad de ganar depende de la información o conocimiento que se tenga. De hecho, la lección más importante de los juegos ha sido mostrar lo sensible que resulta el comportamiento de los actores frente a diferentes condiciones de información.
Canciones populares
Gracias a las canciones populares también se conserva memoria del pasado, pues con ellas se desempolva el desdén histórico. Estas canciones tratan sobre individuos y sobre identidad cultural. Sus intérpretes generalmente no cuentan con una formación vocal profesional, y sus composiciones se consideran más sencillas.
Las canciones populares definen un sentido de identidad cultural, sobre todo en condiciones políticas y sociales difíciles. Son, a su vez, textos culturales que operan en la memoria histórica, en la construcción de identidad y en la cultura de masas.
Ejemplo:
“Cielito Lindo”
Estribillo
De la sierra morena,
cielito lindo, vienen bajando
Un par de ojitos negros,
cielito lindo, de contrabando.
Coro
¡Ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay!, ¡canta y no llores!
Porque cantando se alegran,
cielito lindo, los corazones.
Estribillo
Pájaro que abandona,
Cielito lindo, su primer nido,
Si lo encuentra ocupado,
Cielito lindo, bien merecido.
Coro
¡Ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay!, ¡canta y no llores!
Porque cantando se alegran,
cielito lindo, los corazones.
Estribillo
Ese lunar que tienes,
cielito lindo, junto a la boca
No se lo des a nadie, cielito lindo,
que a mí me toca.
Coro
¡Ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay!, ¡canta y no llores!
Porque cantando se alegran,
cielito lindo, los corazones.
Estribillo
De tu casa a la mía,
cielito lindo, no hay más que un paso
Ahora que estamos solos,
cielito lindo, dame un abrazo
Coro
¡Ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay!, ¡canta y no llores!
Porque cantando se alegran,
cielito lindo, los corazones.
Estribillo
Una flecha en el aire,
cielito lindo, lanzó cupido
Y como fue jugando,
cielito lindo, yo fui el herido
Coro
¡Ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay!, ¡canta y no llores!
Porque cantando se alegran,
cielito lindo, los corazones.
Se trata de una canción tradicional de México, se escribió en 1882 por Quirino Mendoza y Cortés.
Fuente: “Quirino Mendoza y Cortés” en
http://www.sacm.org.mx/archivos/biografias.asp?txtSocio=08045
7.10 Formas de expresión oral
A) Conversación
La palabra conversación proviene del latín conversatio, que significa “acción y efecto de reunirse para compartir diferentes puntos de vista”. De acuerdo con Rena Gafarova, existen tres principios generales que rigen una buena conversación:
La organización de los turnos de palabra. Implica el respeto de los turnos, evitando interrupciones arbitrarias y enfatizando la importancia de escuchar la versión de los interlocutores.
La organización estructural de la interacción. Se orienta a mantener una conversación secuencial y coherente, con el fin de establecer claridad y entendimiento.
La relación interpersonal. Una buena conversación tiene la posibilidad de generar cierta intimidad, confianza y, a su vez, estrechar lazos de amistad.
La conversación establece una comunicación a través del lenguaje hablado o escrito. Puede girar en torno a uno o varios temas, siempre en función del contexto. Suele darse en situaciones informales, con posibilidad de variar con facilidad y sin una organización previa. Los dialogantes pueden expresar sus puntos de vista, discutir y compartir experiencias.
La conversación contiene diferentes atributos que deben ser tomados en cuenta:
Los saludos: implican un intercambio mímico, gestos y movimientos corporales.
Las preguntas: son enunciados interrogativos que impulsan la interacción.
Las exclamaciones: son expresiones que se utilizan para iniciar o dinamizar una conversación.
Para iniciar una conversación existen múltiples formas; sin embargo, las interrogantes han sido una de las más comunes. Las necesidades personales, los intereses y el contexto son, indudablemente, los motivos principales que propician el diálogo.
Los participantes deben cooperar para que la interacción se desarrolle con éxito. Esto significa que deben estar de acuerdo en mantener o cambiar el tema, el tono y las finalidades del discurso. Al mismo tiempo, es importante considerar ciertos principios de respeto:
No usar palabras soeces.
Respetar el turno de palabra.
Halagar a las personas.
Hablar con claridad.
No gritar.
No mentir.
Respetar las ideas del otro.
Escuchar a los interlocutores.
Reconocer los errores propios.
Una parte importante del éxito de una conversación radica en que tenga un buen cierre. La conversación, además, constituye un espacio para desarrollar conocimiento, puede ser productiva en tanto se aprende de ella, comprensiva en la medida en que aporta claridad, y significativa cuando siembra principios de respeto. De este modo, la conversación cumple su función de ser interactiva.
Actividad
I) Comenta y escribe los efectos o consecuencias que se derivan al no respetar cada una de las reglas o principios antes descritos en una conversación.
No usar palabras soeces: Genera un ambiente hostil y de poca confianza, además de ofender a los participantes.
No respetar el turno de palabra: Interrumpe la fluidez, crea confusión y falta de comprensión, y puede provocar discusiones innecesarias.
No halagar o reconocer a las personas: Resta cordialidad y puede generar desinterés o desmotivación en los interlocutores.
No hablar claro: Provoca malentendidos, poca claridad en los mensajes y pérdida de atención.
Gritar: Produce incomodidad, rechazo y sensación de agresión.
Mentir: Deteriora la confianza y credibilidad.
No respetar las ideas del otro: Conduce a conflictos, intolerancia y falta de apertura.
No escuchar: Impide comprender el mensaje, provoca frustración y muestra falta de interés.
No reconocer errores: Refuerza la arrogancia, limita el aprendizaje y afecta la relación interpersonal.
II) ¿Por qué muchas veces no se respetan las buenas reglas para llevar a cabo una buena conversación y qué retos consideran que deben persistir al respecto?
Muchas veces las reglas no se respetan debido a la prisa, la falta de autocontrol, el egoísmo comunicativo, los prejuicios o la carencia de habilidades sociales. También influyen factores como el estrés, la falta de educación en comunicación asertiva y la poca práctica de la escucha activa.
Los principales retos son: promover la empatía, desarrollar la paciencia, aprender a escuchar sin interrumpir, practicar la tolerancia hacia ideas distintas, fomentar el respeto mutuo y cultivar la humildad para reconocer errores.
III) Realiza una trama, donde se presente una conversación que haga alusión al respeto de las buenas reglas. Al mismo tiempo, otra trama donde se violente el respeto de las reglas.
Trama con respeto a las reglas:
En una reunión de estudiantes para organizar un proyecto escolar, todos esperan su turno para hablar. Ana comienza exponiendo sus ideas, y los demás escuchan con atención sin interrumpir. Pedro, antes de dar su opinión, reconoce la aportación de Ana: “Me parece interesante lo que mencionaste sobre la campaña en redes, creo que podemos complementarlo con actividades presenciales”. Todos hablan de forma clara, respetan las diferencias de opinión y concluyen la reunión con un acuerdo común.
Trama sin respeto a las reglas:
En una junta de trabajo, Luis interrumpe constantemente a sus compañeros, levanta la voz y descalifica las ideas que no coinciden con la suya. Alguien más intenta hablar, pero no logra terminar porque lo interrumpen. Las personas comienzan a molestarse, nadie logra exponer con claridad y la reunión termina sin acuerdos, con un clima de tensión y enojo.
IV) Colectivamente analicen las diferencias, efectos y consecuencias derivadas de cada uno de ellos.
En la primera trama, la consecuencia es positiva: se logra un ambiente de confianza, respeto y productividad, lo que facilita la cooperación y la toma de decisiones. En la segunda trama, la consecuencia es negativa: se genera frustración, desinterés y conflictos, lo que impide alcanzar los objetivos de la conversación.
B) Diálogo
El concepto de diálogo proviene del griego y significa “discurso entre dos o más personas”. Se trata de una forma de expresión oral o escrita mediante la cual se comunican pensamientos, sentimientos y deseos. Al mismo tiempo, constituye una realidad discursiva accesible al conocimiento. Un diálogo debe orientarse hacia un objetivo o propuesta común.
Características de la expresión oral en el diálogo:
Intervienen gestos, entonación y actitud.
Es espontáneo y utiliza frases cortas y simples.
Puede incluir errores o frases discordantes.
Características del diálogo escrito:
Campo: Se emplea principalmente en el cuento, la novela y el teatro.
Posibilidad: Permite pensar y corregir antes de expresar.
Naturalidad: Favorece la comunicación armónica y cómoda entre los participantes.
Significación: Mantiene el interés en el tema.
Progresividad: Agota un tema antes de pasar a otro.
Dinamismo: Garantiza la continuidad y la participación de los interlocutores.
Ejemplo:
Diálogo directo |
- ¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad, Así diles. Diles que lo hagan por caridad.
- No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar nada de ti.
- Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos ya ha estado bueno. Dile que lo haga por caridad de Dios.
Juan Rulfo.
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Diálogo indirecto |
El profesor de español comunicó a sus alumnos que la calificación se integraría con el resultado del examen, los trabajos, asistencias y las participaciones. Uno de los alumnos solicitó que la mayor puntuación se le diera al examen, pero la mayoría opinó que fuera por partes iguales.
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Actividad:
1.- Escribir cinco características del diálogo oral y cinco del diálogo escrito en cuanto a interlocutores, gestos, frases, palabras, errores.
Diálogo Oral
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Diálogo Escrito |
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2.- Escribir un diálogo sobre un tema en particular, tomando en cuenta la información anterior.
Nota: Cada personaje deberá tener una voz propia y única que lo diferencie del resto. Al utilizar el diálogo de esta forma, se debe realizar un trabajo previo de conocimiento del personaje, plantear una historia anterior del mismo.
C) Exposición oral
La comunicación efectiva consiste en hacer llegar un mensaje modificando, en alguna medida, la realidad. En concreto, se trata de captar la atención de la audiencia, asegurar que el público entiende la idea que se intenta transmitir y animarlo a hacer algo con esa información: recordarla, aplicarla o transferir la experiencia. Un mensaje no es solo información, sino la interpretación de esa información; es decir, lo que significa para el público. Implica también las conclusiones que se derivan de los resultados de una investigación.
Si la información responde a la pregunta ¿qué? (¿qué has observado en tu investigación?), entonces el mensaje responde a la pregunta ¿el qué? (¿qué significan tus resultados para la audiencia?). La comunicación efectiva, por lo tanto, se centra en la respuesta de los oyentes, lectores y pares de discusión. En este sentido, cuando se utiliza software de presentaciones, el énfasis debe ponerse en lo que el público necesita o quiere aprender, y no solo en lo que deseamos decir. Por ello, es vital esforzarse por ver las cosas desde la perspectiva de la audiencia, teniendo en cuenta a todos sus posibles miembros, no únicamente a quienes comparten experiencias o intereses similares. Para seleccionar el contenido, conviene considerar tanto al público como las cualidades inherentes al medio utilizado, distinguiendo entre comunicación oral y escrita.
En el caso de los documentos escritos, los lectores no necesitan leer todo en una sola sesión: pueden seleccionar qué partes leer y cuándo hacerlo, avanzar a su propio ritmo y volver sobre los fragmentos que consideren relevantes. Por esta razón, en los documentos escritos resulta fundamental convencer a la audiencia mediante pruebas sólidas y detalladas, estructuradas de forma que permitan una lectura selectiva.
En contraste, los asistentes a una presentación oral no pueden elegir qué escuchar ni en qué orden. Generalmente están menos interesados en los detalles —que se leen mejor en un documento—, pero pueden obtener una percepción más cercana de la persona que expone e incluso interactuar con ella mediante preguntas o discusiones. En las presentaciones orales es relevante convencer a la audiencia con argumentos seleccionados y convincentes, articulados de forma lógica y, sobre todo, presentados con claridad y efectividad.
Cuando una presentación oral se basa en un documento escrito —como en una ponencia, la defensa de un examen de grado o una entrevista de trabajo—, debe ser más selectiva que el propio documento. La intención no es repetir en voz alta lo ya escrito, sino destacar, en poco tiempo, la relevancia de los aportes.
Uno de los principales retos al comunicar la ciencia es mostrar respeto por la audiencia. Esto implica no sobreestimar sus conocimientos, pero tampoco subestimarlos. El equilibrio es difícil: por miedo a simplificar demasiado, muchos conferencistas hacen sus presentaciones innecesariamente complejas. Sin embargo, muchos asistentes preferirían un lenguaje más claro, aunque a veces el orgullo les impida admitirlo. Por otro lado, algunos pueden quejarse de que la exposición fue “demasiado simple”. Lo que sí genera una reacción negativa casi unánime es que el orador trate a su público como si fuera ignorante, o incurra en actitudes discriminatorias de tipo cultural o institucional.
El respeto depende más del tono que de las palabras mismas. Si necesita algo de su asesor o colegas, pídalo con claridad. Si un experimento no se puede detallar, expréselo sin rodeos. Si recibe una pregunta fuera de tema, señale con cortesía que excede el alcance de su trabajo, pero ofrezca discutirlo en privado o por correspondencia. Del mismo modo, comparta lecciones aprendidas de los fracasos: esta honestidad también comunica respeto.
El respeto y el tono tienen más que ver con la intención que con las normas. Por ejemplo, un estudiante puede optar por dirigirse a su asesor de manera formal antes de una conferencia, aunque en el marco de la exposición lo mencione solo como “Dr. García”. De igual modo, un correo que inicia con Estimado García o Estimada Dra. Zárate transmite distancia, pero también respeto.
En última instancia, la intención de la comunicación científica es hacer que el público comprenda y reflexione. Esto exige un hábito de escribir y hablar de forma simple y directa, en lugar de imitar el estilo excesivamente intrincado de muchos artículos académicos. Mostrar respeto implica evitar tanto la informalidad excesiva como la complejidad innecesaria, sostener las afirmaciones con pruebas y mantener siempre presente el objetivo central: comunicar el mensaje.
7.11 Reglas para comunicarnos con un público
Cuando se comunica, su intención no es simplemente lo que usted desea transmitir, sino lo que quiere que su público haga como resultado de leer lo que escribió o escuchar su exposición. Por lo tanto, se trata de lograr una comunicación efectiva con la audiencia. Para comunicarse de manera eficaz —es decir, para cumplir su propósito científico— es necesario adaptarse a su público, lo que implica conocerlo previamente.
Conocer la intención de la audiencia ayuda a determinar la estrategia de comunicación. Si el propósito propio o el de la audiencia no está claro, es indispensable aclararlo de la mejor manera posible. Por ejemplo, en la defensa de una tesis ante un público, este suele ser muy heterogéneo: incluye al jurado, a sus colegas, a sus amigos e incluso a familiares. El objetivo depende, en gran medida, de la institución y de cómo esta otorga rigor al evento.
Algunas instituciones consideran que la atención debe centrarse principalmente en el jurado, sin importar quién más esté presente, pues es la oportunidad clave para convencerlos a favor del candidato. Otras instituciones buscan ampliar la visibilidad del trabajo y desean que la exposición se haga frente a un público más amplio, que incluye al jurado.
El público puede variar en tamaño y composición. Puede ser razonablemente homogéneo, con conocimientos o intereses similares en relación con los resultados presentados, o heterogéneo, sin perfil claro. Algunos miembros se conocen bien, como cuando se envía una carta a una persona específica; otros pertenecen a una escuela disciplinaria más amplia, como cuando se publica un artículo en una revista especializada. Siempre que sea posible, conviene distinguir entre especialistas y no especialistas, así como entre lectores y oyentes, y tomar en cuenta estas diferencias en la exposición.
Los especialistas probablemente desearán más detalles, podrán solicitar información adicional de su propio trabajo o incluso mostrar dudas respecto a la validez de sus conclusiones. Los no especialistas, en cambio, necesitan información más básica y clara, especialmente en la introducción y en las conclusiones. También requieren definiciones de vocabulario técnico que aún no dominan.
En cualquier audiencia puede haber tanto miembros especializados como menos especializados, incluso cuando el público no está claramente definido. Por ejemplo, un artículo científico publicado en una revista especializada puede ser leído por estudiantes o recién llegados al campo, quienes tienen menor experiencia. Incluso los árbitros de conferencias pueden no tener el mismo grado de conocimiento en todos los trabajos que deben evaluar. Por ello, nunca asuma que toda la audiencia es como usted; algunos pueden ser más expertos en su tema específico. La comunicación científica eficaz, especialmente por escrito, busca no excluir a lectores u oyentes noveles. Un artículo bien redactado debe ser comprensible, al menos en términos generales, para cualquier persona con formación científica básica.
Además, los lectores pueden variar en su familiaridad con el contexto. Cuando se escribe para una sola persona o un grupo pequeño y bien definido, podría tentarle ir directamente al punto central, asumiendo que el contexto es innecesario. Sin embargo, incluso estos lectores primarios pueden comprender el vocabulario contextual, pero no captar del todo el trasfondo. Nadie puede anticipar con precisión cómo reaccionará alguien al leer un documento: podría ser leído en otro momento, o por una audiencia futura distinta a la prevista.
Un documento de apoyo, como una presentación con diapositivas, ayuda en estos casos, pero fuera del contexto de la exposición no puede transmitir completamente la inferencia temporal y el énfasis que se logra al presentarlo en vivo.
7.11.1 Hablar para públicos específicos
Como científico, puede resultarle difícil presentar su trabajo o explicar conceptos científicos a un público menos especializado. La tarea se complica aún más si se dirige a un público mixto, compuesto por especialistas y no especialistas. A continuación, se presentan algunos consejos específicos para estas dos situaciones:
1. Escribir o hablar para un público no especialista
Independientemente de que se trate de miembros del público especializado o no especializado, es recomendable comenzar transmitiendo los principios que motivaron su trabajo, de manera que todos puedan relacionarse con ello. Esto permite cerrar la brecha entre quienes tienen conocimientos previos y quienes solo buscan informarse. Con los especialistas, la brecha es más amplia que con los no especialistas, y puede resultar más difícil transmitir la motivación del trabajo a estos últimos.
Si menciona un valor absoluto, por ejemplo, la participación del gen p53 en la reparación celular, un público no especializado podría encontrar insuficiente esta información para comprender el proceso biológico que describe. En lugar de ello, puede explicar de manera relativa: “En la división celular hay un vigía que verifica el éxito del proceso, y ese rol lo cumple el gen p53”. También puede usar comparaciones: “Así como un aparato fabricado en serie requiere puntos críticos de evaluación para funcionar correctamente, la división celular emplea al gen p53 para garantizar su éxito”.
2. Uso de analogías
Construir analogías útiles facilita la comprensión de conceptos complejos, especialmente para los no especialistas. Las analogías relacionan un concepto nuevo con algo familiar, aumentando la probabilidad de que el público entienda y recuerde la idea. Por ejemplo: “El genoma humano, codificado en el ADN, es como un conjunto de instrucciones almacenadas en una biblioteca, que puede consultarse para responder a distintos eventos”. El poder de la analogía depende de cuán familiar es el punto de comparación y de cómo se mantiene a lo largo de la exposición. Por ejemplo, puede extender la analogía comparando los cromosomas con los libros de la biblioteca y los genes con las páginas de estos libros.
3. Recursos visuales
Los no especialistas también carecen de referencias visuales. Los materiales visuales —apropiados para todos los públicos, pero especialmente para los no especialistas— incluyen dibujos, diagramas y fotografías. Los modelos ideográficos simplifican la abstracción para centrarse en la idea esencial, mientras que las fotografías muestran cómo es el objeto o proceso en la realidad. Por ejemplo, para explicar un proceso de ingeniería, un diagrama de flujo puede ilustrar las etapas del proceso y una fotografía de la planta piloto puede dar una idea de su tamaño y apariencia, incorporando un punto de comparación, como la presencia de una persona en la foto.
7.11.2 Estrategia para públicos mixtos
La clave para abordar un público mixto —con variaciones inevitables en experiencia y conocimiento— es la estructura del documento o de la presentación oral. Debe distinguir entre lo que cada grupo necesita o desea aprender y organizar su contenido en consecuencia.
A nivel macroscópico, la estructura debe ir de lo esencial a lo más especializado:
Primer nivel: Información que todo el público necesita o desea saber, como un resumen, reseña o sumario.
Segundo nivel: Información más detallada, presentada en el cuerpo del informe o exposición.
Tercer nivel: Información adicional para quienes desean profundizar, incluida en apéndices o en diapositivas complementarias.
En una presentación a especialistas y no especialistas con tiempo limitado, conviene priorizar la atención de los menos especializados, inducir preguntas para aclarar dudas y ofrecer material complementario. Puede incluir momentos más especializados, pero siempre manteniendo la atención en la comprensión de los asistentes menos familiarizados con el tema.
A nivel de detalle las sentencias que son el título o subtítulos, cuiden que expresen en la cláusula principal lo que es nuevo o interesante a la mayoría de los miembros de su audiencia y relegue las cláusulas subordinadas a las menos importantes. Por ejemplo, considere las siguientes frases:
“Hemos optado por formar escritores que sean profesores en la educación a distancia. Esta formación exige tanto una alta preparación en los temas curriculares y una excelente oportunidad para llevar las tareas intelectuales del investigador a los estudiantes”.
Una opción es subordinar la segunda cláusula:
“Hemos optado por formar noveles en las tareas intelectuales de la investigación, debido que son un excelente vehículo para mejorar la educación que ofrecen los profesores en sus contenidos e intervenciones a distancia”.
En esta versión revisada, las propiedades de las tareas intelectuales no se presentan de forma independiente, sino como una justificación de la elección. La nueva sentencia compuesta, es más interesante para todos los lectores, sin embargo, no se pierde información para los menos especializados.
La comunicación es una parte integral de ser un científico. Para comunicarse efectivamente, uno se esfuerza por transmitir un mensaje (el qué, lo qué), no solo de la información (qué). Concéntrese en su objetivo, qué es lo que usted quiere que su audiencia pueda hacer después de leer lo que escribió o escuchó. Con este fin, intente identificar lo que el público necesita o quiere aprender.
El público rara vez es homogéneo, los miembros del público pueden estar o menos familiarizados con lo que se discute en términos de contenido (que puede ser más o menos especializado) y el contexto (podrían ser lectores de primaria o secundaria). La comunicación es más efectiva cuando se trata satisfactoriamente las necesidades de un público más amplio. En particular, un artículo científico debe tener sentido - al menos en términos generales - para cualquier persona con una formación científica, tanto hoy como en el futuro. Para alcanzar este objetivo, esfuércese por escribir o hablar en una forma simple y directa.
En resumen, la comunicación eficaz es puente entre el conocimiento, el interés de la audiencia y el contenido del documento o presentación. Cuando el público es menos especializado o está menos motivado en el tema, la brecha es más amplia y el puente es más difícil. Al escribir o hablar específicamente para los no especialistas, no olvide incluir los puntos de comparación que les ayuden a tener una referencia sobre sus términos especializados, es decir, mencionemos los valores relativos en lugar de solo los argumentos especializados, use las analogías escritas o gráficas en sus representaciones visuales. Al escribir o hablar a un público muy heterogéneo, es más importante considerar lo que a todos les es interesante principalmente y más tarde lo que solo algunos de los del público necesitan o quiere aprender. En todos los casos, tenga cuidado de no sobrestimar el conocimiento de la audiencia de su tema o campo (un error común, en particular en las presentaciones de la conferencia), siempre respete su inteligencia.
7.12 Fuentes de información científica para una exposición
La información de ciencia y tecnología, sobre todo como contenido de una conferencia, cuando maneje cuestiones complejas o de una técnica muy sofisticada, debe ser abordada con referencias a fuentes de prestigio valoradas por la comunidad científica o disciplinar en cuestión. En cualquier caso, debe tener precaución de que el grado de comprensión de su mensaje esté en función de la generalidad del público que podría atenderlo en su interés. Una regla es no hacer citas textuales que el propio expositor no podrá manejar en su veracidad y relevancia, no estar versado en la materia puede ocasionar que sus receptores desestimen sus argumentos. Cuando revele descubrimientos y proponga modelos innovadores de explicación, es necesario antes contrastar con medios documentales los últimos avances en esta cuestión, la comunidad con solvencia en sus habilidades para recoger, organizar y sistematizar argumentos a partir de premisas, podrán hacer enfoques más flexibles en sus exposiciones. El uso de notación especializada, siglas técnicas o acrónimos en sus textos de comunicación deben estar con más énfasis referidos explícitamente dentro del mismo documento cuando se trata de un público no especializado.
Cuando se presente información de resultados, debe referenciarse con relación a investigaciones homólogas para evitar la distorsión de sus indicadores, destacando la variación entre diferentes investigaciones sobre el tópico en cuestión. Pero cuando se trata de una tarea escolar a nivel de bachillerato o licenciatura por lo general sus investigaciones para defenderse en una exposición, sus hallazgos, pasan por una revisión de fuentes públicas de información relevante al tópico en cuestión, por lo general se apoya esta investigación en libros con no más de 5 años de su primera edición, para garantizar cierta actualidad, además en ensayos, tesis, artículos presentes en sus bibliotecas convencionales o digitales tomando como criterio básico que sean fuentes confiables por estar referidas por una comunidad epistémica (asociación, universidad, consejo) o institución editorial (de libros, revistas, etc.). La originalidad y alcance es limitada a un tiempo y extensión del producto textual dentro del contexto curricular descrito en los planes de estudio. Sin embargo, a pesar de que a los estudiantes de bachillerato y licenciatura no se les exige profundidad en sus planteamientos (complejidad superior), sí se les evalúa la originalidad, estilo adoptado para comunicar (APA, CHICAGO, ISO,…), los recursos intelectuales para argumentar (elaboración de proposiciones, parafraseo,…) y hacer crítica objetiva (basada en fundamentos documentados). Hoy en día, es muy importante que considere que puede equivocarse en las precisiones de sus argumentos un novel bachiller o de licenciatura, pero no se debe pasar por alto por su bien, la honradez de reconocer el trabajo expuesto en las fuentes que consultó para destacar las piezas (premisas) de sus argumentos.
7.12.1 Producción de información básica para la investigación
Entre las primeras piezas de información que produce una investigación que más tarde será expuesta en una conferencia de algún tipo, como las ya mencionadas de grado o divulgación, destacan el tomar notas de campo, de lectura y de asesoría de sus profesores o tutores académicos. El protocolo final puede tratarse de un ensayo, una tesis, un artículo noticioso de divulgación, un informe, un instructivo escolar, una reseña, síntesis o resumen, esto lo determinan los fines de la investigación y por supuesto que estos fines, por mucho delimitan la profundidad de la conferencia a exponer.
Las notas de campo son piezas de información muy útiles para referir a lugares, hechos, técnicas y fenómenos concretos, son de una utilidad personal para el novel investigador, las componen descripciones, levantamiento de fotografías, video o algunas más sofisticadas como podrían ser mediciones concretas de campo: temperatura, presión, altitud, etc. Pero estas deben contener un registro mínimo para su ordenamiento, tales como los datos de fecha, lugar, modelo del instrumental, materiales involucrados, hechos a observar, en fin todo aquel atributo de la realidad natural o social a observar.
Las notas de referencia tendrán como fin recuperar las premisas como estado de verdad, son una importante fuente de objetividad, de contexto y de referencia de la validez de nuestros argumentos que formarán el cuerpo de texto de nuestro trabajo final, comunicado en algún protocolo de comunicación de los ya referidos en líneas atrás. Estas notas de referencia se deben construir con el cuidado de que contenga todos los elementos que constituyen una referencia a libro, artículo, patente, ensayo, tesis,…, de acuerdo a algún marco de estilo seleccionado por el novel investigador o exigido por un profesor o institución en la que tiene contexto esta investigación.
Las notas de citas, son al igual que las de referencia, piezas para formar nuestros cuerpos argumentativos en nuestros trabajos de investigación, estas conservan una copia fiel del texto citado, no mayor a 255 palabras. Dejando errores si es que los tiene, construyendo la referencia al igual que para la nota de referencia bajo algún estilo (APA, CHICAGO, MLA,…), tómese en cuenta no abusar de este recurso, por el riesgo de ser considerado un plagio en el título de simulación. Por lo general aparecerán como texto enmarcado entre comillas como citas en prosa, en frases, lemas y poemas, al pie del texto se acostumbra poner el nombre del autor y la obra antecedida por dos guiones.
Producción de análisis de datos, son además de los que se generan en el ensayo experimental particular de su investigación, aquellas observaciones sobre cantidades, comportamiento de tendencias, de probabilidad, de respuesta, que son procesadas por herramientas estadísticas comúnmente, le sirven para argumentar al investigador, aparecen referidas o combinadas en sus correlaciones dentro del ámbito de la investigación. De igual manera gráficos y referentes paramétricos y no paramétricos son citados y referidos como las notas anteriores bajo algún estilo de publicación. Estos sirven para dar una idea numérica de la realidad, tenga en cuenta respetar las convenciones de estilo para ser citados y referidos en sus trabajos de investigación. Destacan los métodos de correlación, varianza, ANOVA, descriptivos estadísticos de moda, media, desviación estándar.
7.12.2 Elaborar una conferencia escolar
Los estudiantes deben aprender a hablar y defender sus argumentos científicos, para ello muchos profesores les solicitan que elaboren y presenten un tema, razonando y resolviendo las categorías que le definen. Significa observar, describir, comparar, clasificar, discutir, teorizar y reflejar que los argumentos fueron presentados bajo el diálogo del pensamiento científico: problema-premisas-solución.
Diálogo inicial:
Profesor: Establece los tiempos de exposición
Alumno: pregunta -¿cuál es el protocolo de la conferencia?
Profesor: -Dispone de 20 minutos para presentar y tres minutos para responder preguntas. El protocolo: Diapositiva de título; diapositiva de índice temático; diapositivas de desarrollo, …
Alumno: ¿De cuánto tiempo disponemos para elaborar la investigación y la presentación del tema?
Profesor: …
Alumno: ¿Cuáles son los criterios de evaluación?
Profesor: Rigor en la investigación, originalidad, relevancia de referencias, argumento, método implementado, resultados, claridad de exposición, organización del tiempo, solvencia en las respuestas a las preguntas sugeridas por los asistentes a la conferencia y el manejo formal de la presentación.
Cuando el diálogo de la presentación comienza, estará presente lo contingente y deberemos sortear el hecho que las personas no son esclavas de nuestras rígidas estructuras de presentación, las secuencias del diálogo suelen ser interrumpidas por el profesor cuando la exposición se sale del tiempo, del protocolo, de la seriedad esperada, el tono es ofensivo, o para señalar la relevancia de algún punto particular.
7.12.3 El discurso científico oral
El discurso constituye un contexto de significación donde se configuran palabras —ya sean escritas o habladas—, gestos, teorías, historia, hechos y diversos temas del pensamiento. La búsqueda de un lenguaje claro y preciso entre los seres humanos, a lo largo de los siglos, dio origen a la lógica rigurosa en el discurso. Mediante un juego de proposiciones entrelazadas por operadores lógicos —marcadores del discurso— se construye un lenguaje que pretende ser unívoco, reduciendo los malos entendidos en los mensajes. Sin embargo, las palabras y sus significados dependen siempre de la configuración contextual, pues cada contexto constituye un discurso que gobierna el uso semántico de los términos. Esto explica por qué toda práctica humana especializada desarrolla su propio lenguaje.
El lenguaje científico se distingue no solo por su contenido, sino también por su estilo particular y relativamente rígido. Su forma se construye mediante una gramática precisa, la selección cuidadosa de palabras, el uso de idiomas preferentes y la limitación deliberada de recursos estilísticos que se emplean libremente en otros tipos de lenguaje.
Una característica notable del lenguaje científico es su preferencia por la voz pasiva, lo que provoca que el autor desaparezca de la narrativa, dejando que el mensaje sea el protagonista y el que confiera sentido al mundo material. Así, los experimentos no son realizados por un narrador-personaje, sino representados objetivamente.
El lenguaje científico escrito hace un énfasis particular en los sustantivos abstractos derivados de verbos, en lugar de usar los verbos mismos, que generalmente implican sujetos personales. Por ejemplo: “la representación química de una molécula” en lugar de “cómo representamos una molécula”. Esta elección lingüística centra el discurso en las aseveraciones sobre cómo son las cosas y los hechos, más que en cómo fueron vividos por los actores que los realizaron.
Asimismo, el lenguaje científico establece normas de prohibición de estilo, que se evidencian al comparar su corpus con la literatura de otros tipos. Para guiarse, existen manuales de estilo reconocidos, como APA, Chicago o MLA, que permiten identificar y diferenciar estas normas, asegurando la claridad, precisión y formalidad que caracterizan la comunicación científica.
1. Ser verbalmente explícitos y universales: Esto implica utilizar signos verbales en lugar de gestuales. No debemos emplear expresiones vagas o subjetivas como “es bonito”, “es agradable” o “maravilloso”. Afirmaciones del tipo “es el reflejo de todo eso” no son apropiadas en el lenguaje científico. Las proposiciones científicas válidas deben ser abstractas y descontextualizadas de la vida cotidiana del hablante, sin hacer referencia a un lugar o tiempo específico.
2. Evitar el lenguaje coloquial: Las expresiones comunes son ambiguas y metafóricas, por lo que no permiten objetividad ni un enfoque centrado en los hechos.
Uso de términos especializados y notación: En la paráfrasis y explicación de conceptos, se recomienda emplear términos técnicos y símbolos de notación propios del campo.
3. Evitar la personificación: Los hechos o fenómenos no deben atribuirse a agentes humanos; esto mantiene la objetividad del discurso.
4. Seriedad y neutralidad emocional: Las expresiones científicas deben ser serias y neutrales, evitando sensacionalismos o juicios de valor que distorsionen el escenario de investigación.
5. Diferenciar ciencia y ficción: Es importante identificar claramente cuándo se ingresa al terreno de la especulación o la ciencia ficción, evitando exageraciones de los hechos.
6. Usar explicaciones causales: Se deben privilegiar las formas argumentales basadas en lógica rigurosa y matemática, evitando declaraciones dramáticas o narrativas ficticias.
En presentaciones orales, muchos comunicadores incorporan elementos coloquiales para mantener la atención de audiencias con menor especialización. Este equilibrio es esencial; sin él, podrían percibirnos como rígidos o alejados de la ciencia genuina.
No siempre es fácil notar cuándo la audiencia deja de prestar atención, pero la experiencia permite introducir analogías de la vida cotidiana que facilitan la comprensión sin perder la precisión científica. Encontrar el nivel óptimo de abstracción y dotar de lenguaje especializado a la audiencia mediante definiciones y conceptos claros ayuda a regular los saltos en el discurso y mantener la atención.
Cuando se observa que ciertos elementos captan la atención del público —por cambios en sus emociones o gestos—, esto brinda información sobre fenómenos grupales de interés y permite controlar mejor la comunicación durante la conferencia. Estos momentos son cuando la “mística de la ciencia” se vuelve evidente: transmitir la pasión y relevancia del conocimiento, manteniendo siempre las normas científicas que respaldan los argumentos documentados.
La autoridad del discurso científico en la sala de conferencias se deriva de la evidencia documentada y de la lógica de los argumentos presentados. La mejor protección frente al uso autoritario de los hechos es reconocer críticamente las limitaciones de las teorías y modelos explicativos. Teorías, hipótesis, inferencias y conclusiones son afirmaciones útiles, pero no verdades absolutas.
El objetivo de la ciencia no es poseer la verdad absoluta, sino buscar la mejor explicación posible. La historia de la ciencia nos recuerda la humildad que debe acompañar este proceso: “yo solo sé que no sé nada”.
7.13 Un manuscrito escolar es un mapa conceptual
Tres momentos para la escritura de un manuscrito. La manera en que escribes y desarrollas un manuscrito —ya sea para exponerlo en una presentación o para publicarlo— dependerá de tu necesidad de llegar a distintos grupos de lectores: lectores preliminares (en el espacio académico) y lectores finales (en el espacio literario abierto).
Los lectores preliminares son aquellos que se encuentran con tus ideas en texto antes de que el trabajo esté finalizado y aceptado para su publicación: revisores por pares, colegas en discusiones de aula, lectores de pósteres, asistentes a foros o congresos. Estos lectores preliminares aportan o participan directamente en las decisiones fundamentales. Ofrecen observaciones que pueden fortalecer de manera decisiva las justificaciones teóricas, metodológicas o conceptuales del manuscrito.
Los lectores finales, por su parte, son las personas para quienes un texto expuesto o publicado está destinado a llegar y con quienes se busca compartir las ideas de manera clara, significativa y sugerente. La mayoría de los académicos —profesores y estudiantes— leen los manuscritos de forma instrumental, aunque a los autores nos guste imaginar que estos lectores se envuelven con nuestras ideas y disfrutan imaginarlas. Leonard Cassuto compara a los lectores académicos con ballenas azules, observando que “cuando los académicos leen, absorben grandes cantidades de información y filtran aquello que pretenden usar en su propio trabajo. Como ballenas azules, los lectores académicos conservan solo lo que les beneficia[1]”. La mala tendencia a leer y escribir únicamente por su valor académico escolar, es la razón por la que te animamos a pensar en los fines a los que deseas que se destine tu manuscrito y a moldearlo en consecuencia. La inclinación académica a leer por su valor de uso es también la razón por la que te invito a reflexionar sobre los fines más elevados que quieres asignar a tu texto y a dar forma a tu manuscrito de acuerdo con ellos.
Las necesidades y expectativas de los lectores preliminares difieren de las necesidades y expectativas de los lectores finales. Por ello, cada momento del proceso de publicación te invita a desarrollar tu manuscrito pensando en ciertos lectores. En el momento 1, al prepararte para la presentación inicial, tus lectores más relevantes serán los revisores por pares o compañeros de aula. En el momento 2, al revisar el texto tras recibir comentarios, deberás preparar la versión destinada a la edición final. En el momento 3, al trabajar el manuscrito definitivo, afinarás aquello que el texto pretendes que provoque en el lector final que imaginas en tus expectativas.
7.14 La habilidad de escribir las ideas
Cuando nos sentamos a escribir, a menudo nos descubrimos repitiendo la frase: escribir es difícil. Incluso los profesores —quizá especialmente ellos— encuentran dificultades al intentar expresar ideas originales y novedosas. Un solo párrafo exige esfuerzo, revisiones, ajustes, pulidos gramaticales. A veces, muchas páginas deben escribirse una y otra vez para intentar que se conviertan en piezas de literatura. Lo hemos hecho también con estas páginas.
La lectura atenta es un género de escritura complejo. A veces los estudiantes sienten que deben destacar en la lectura detallada desde el principio. Casi nunca ocurre así. Incluso si lees con esmero, incluso si tienes ideas sobre el texto, incluso si siempre fuiste un estudiante sobresaliente, amante de la literatura y de tomar notas: este es un género complejo que exige aprender a presentar argumentos de ciertos tipos, y para lograrlo se necesita un conjunto de habilidades propias del género que quizás aún no has dominado del todo. En síntesis: está bien que sea difícil; es difícil por una razón. Una de ellas es que escribir lecturas detalladas requiere práctica.
¿Qué significa que la lectura atenta sea un oficio y una habilidad? Como oficio, comparte cualidades con el tejido, la cerámica o la carpintería: su ejecución muestra que sabes hacerlo, y al saberlo revelas un conocimiento profundo de la lana, la arcilla, la madera… o las palabras. Como habilidad, la lectura y la escritura atentas se asemejan a practicar un instrumento musical: la práctica te vuelve más fuerte, más seguro y más cuidadoso. Nadie puede saltar con pértiga sin instrucciones y entrenamiento.
Una lectura detallada es más que una serie de pasos para construir un argumento. Aun si cuentas con los elementos de un buen argumento, puedes comunicarlos mal, y entonces el argumento será menos eficaz de lo que debería ser. La ejecución adecuada importa. Al ambientar la escena de una idea, puede que necesites ofrecer un resumen de la trama en una o cinco frases, o captar la ocasión implícita de un poema lírico. Quizá debas integrar una cita con tu propia voz, o delimitar tu terreno intelectual mediante una exclusión directa; y esto es apenas la puesta en escena de tu prosa.
Y no solo importa tu comprensión. Un pianista está atado a una partitura, pero un buen pianista le imprime su propio estilo. Una lectura atenta también es un acto creativo. En la elección y el orden preciso de las palabras, en la puntuación y el ritmo, pones tu propia mente en exhibición.
Las mejores lecturas detalladas deslumbran tanto por su atención cuidadosa al texto como por la claridad de su pensamiento. Las mejores lecturas detalladas tienen control, estilo… incluso un poco de alegría.
Tres momentos para la escritura de un manuscrito. La manera en que escribes y desarrollas un manuscrito pata exponerlo en una presentación o publicarlo, dependerá de tu necesidad de llegar a grupos distintos de lectores: lectores preliminares (en el espacio académico) y lectores finales (en el espacio literario abierto). Los lectores preliminares son aquellos que se toparon con tus ideas en texto antes de que esté finalizado el trabajo y aceptado para su publicación (revisores de pares, discusión en aulas, explosión de pósteres, foros, congresos). Estos lectores preliminares aportan o participan directamente en las decisiones preliminares, aportaran discusiones sobre el texto que podrá mejorar sus justificaciones fundamentales.
Los lectores finales, es decir, las personas a las que un texto expuesto en alguna presentación está para llegar y compartir las ideas. La mayoría de los académicos profesores y estudiantes leen los manuscritos de forma instrumental, aunque a los autores nos guste imaginar que los lectores disfrutan de imaginar con nuestras ideas, Leonard Cassuto compra a los lectores académicos con ballenas azules, observando que “cuando los academias leen, absorben grandes cantidades de información y forzan lo que pretenden usar en su propio trabajo. Como ballenas azules, los lectores académicos solo conservan lo que les beneficie.
Cuando nos sentamos a escribir, a menudo nos encontramos diciendo la frase: escribir es difícil. Los propios profesores es natural que tienen dificultades para escribir las ideas originales y novedosas, un párrafo requiere esfuerzo de revisión, ajustes, pulidos gramatical, incluso muchas páginas una y otra vez son escritas, intentando logren ser piezas de literatura. Lo hicimos con estas páginas aquí. La lectura atenta es un género de escritura complejo. A veces los estudiantes sienten que deben destacar en la lectura detallada desde el principio. Eso casi nunca ocurre, incluso si lees con atención, aunque tengas muchas ideas sobre el texto, aunque siempre hayas sido un estudiante excelente y siempre te haya encantado la literatura y tomar notas. Este es un género complejo que requiere saber cómo presentar los tipos argumentos, para lograrlo se requiere un conjunto de habilidades específicas del género que aún no has con seguridad dominado. En síntesis, está bien si es difícil; es difícil por una razón; una de esas razones es que escribir lecturas detalladas requiere práctica.
¿Qué significa que la lectura atenta es un oficio y una habilidad? Como oficio, la lectura atenta comparte cualidades con el tejido, la cerámica y la carpintería; demuestra que sabes hacerlo y, al saberlo, revelas un conocimiento más profundo de la lana, la arcilla, la madera o las palabras. Como habilidad, la lectura y la escritura atenta es similar a practicar un instrumento musical.; tu práctica te hace más fuerte, más seguro y más cuidadoso. Nadie puede saltar con pértiga sin instrucciones y práctica. Una lectura detallada es más que una conjunto de pasos con un argumento. Aunque tengas los elementos de un buen argumento, puedes comunicarlos mal y el argumento puede ser menos efectivo de lo que debería.
La ejecución adecuada importa. Para la ambientación de la escena de una idea, puede que necesites proporcionar un resumen de la trama en solo una o cinco frases, o captura la ocasión implícita de un poema lírico, podrías incluir una cita en tu propio lenguaje, podrías delimitar tu terreno intelectual mediante una exclusión directa; y esto es solo ambientar tu prosa. Y no solo tu compresión, un pianista esta atado a una partitura, peto una buen pianista imprime su propio estilo. Una lectura atenta también es un acto creativo. En la elección y orden precisó de las apalabras y la puntuación, pones tu propia mente en exhibición. Las mejores lecturas detalladas deslumbran tanto por su atención por su atención cuidadosa al texto como a su propio pensamiento y escritura. Las mejores lecturas detalladas tiene control, estilo, incluso diversión.
Pero, ¿cómo se supone que debes saber cómo es una lectura deslumbrante y detallada? Es imposible escribir bien poesía si nunca la lees, si nunca encuentras personas que te muestran, por ejemplo, lo que puede hacer una sola línea. Como necesitamos ejemplos, no los generamos: la propia literatura entera es un campo de ejemplos. Leerla es, esperamos, lo que te convierte en jugador en la ciencia, en la poesía, en cualquier disciplina donde una lectura deslumbrante y atenta está anidada en un relato de cómo se hizo. Leer estos textos funciona como un entrenador que te ayuda a aislar oportunidades de aprendizaje avanzado.
Los autores aíslan muchas habilidades distintas. Por ejemplo, para pasar de la afirmación local a la argumentación regional, podrías apoyarte en la comparación lado a lado de los detalles —como la descripción de dos personajes— para identificar patrones subyacentes, detectar gradaciones sutiles y comprender sus diferencias relevantes. La tarea familiar de comparar y contrastar se convierte en una herramienta analítica de gran poder que alimenta el argumento. Pero hace falta práctica para desarrollar la agudeza específica necesaria para saber cuándo las diferencias son relevantes y por qué.
La comparación entre textos es una habilidad aprendida que permite la inferencia lógica y la argumentación inductiva. La selección minuciosa de literatura vuelve fructífero el tomar notas: es la habilidad fundamental de la lectura lenta, el terreno sobre el que se construye todo lo demás. Entre muchas técnicas, podrías imaginarte como autor del texto que lees, tomando decisiones palabra por palabra. ¿Por qué, si tú fueras el autor, elegirías esa palabra y no otra? ¿Por qué colocarla ahí, en ese orden, con ese ritmo?
Apoyar la percepción —o cualquier otra habilidad— es la escritura más fundamental en el estudio de la literatura: debes entrenarte para ser consciente de tu propia experiencia al leer. Normalmente, leemos para disfrutar de un texto, lo que a menudo implica una sensación de inmersión en la que nos perdemos placenteramente a nosotros mismos. Pero aprender a observar lo que leemos es difícil. Para que esa observación sea valiosa, debe ser simultáneamente analítica —en el sentido de que te observas a ti mismo leyendo— e ingenua, en el sentido de que tu lectura sigue siendo, a la vez, objeto de sorpresa.
Algunos temen que esta respuesta inmediata de placer, asombro o desconcierto pueda distraer a los estudiantes novatos. Pero es precisamente ese estremecimiento inicial el que puede abrirles la puerta a la alegría de tener la literatura en sus vidas como herramienta y como arma: en la búsqueda de conocimiento, en la adquisición de habilidades argumentativas, en las emociones del descubrimiento y en una relación más íntima con los textos.
Conversación
Quizá leas solo. Pero cerramos la lectura con otras personas. Las lecturas detalladas surgen de las conversaciones y vuelven a fluir hacia las conversaciones. Son productos y ofrendas a una comunidad. Cuando lees crítica literaria en revistas académicas o en libros, puede que sientas que estás escuchando una conversación de larga duración entre académicos, donde la lectura atenta forma parte de lo que se ofrecen mutuamente. Tú lo eres, y al responder a sus argumentos te unes a esa conversación. Puede que te encuentres de acuerdo, o no. Quizá quieras responder “sí, y…”.
Puedes construir sobre, junto a, o retroceder respecto a la afirmación local de otra persona, su observación, la argumentación regional o incluso su teoría global. También puedes construir tu propia lectura desde cero. Pero eso no significa que tengas que hacerlo solo. Una vez que puedas identificar los pasos de una lectura detallada, verás cómo una buena discusión en clase puede adoptar la forma de una lectura colaborativa y detallada: un estudiante nota un detalle, otro hace una afirmación local sobre él, otro ofrece un contraargumento, otro conecta ese primer detalle con otro, y alguien más los enlaza para argumentar regionalmente.
Cuando enseñamos, a menudo animamos a los estudiantes a comenzar nuestras conversaciones exactamente de esta manera. “¿Qué has notado?”, preguntamos. “¿Cuál es la afirmación local? ¿Hay contraargumentos? ¿A qué más se relaciona ese detalle? ¿Cómo podemos discutir a nivel regional? ¿Qué condiciones están en juego? ¿Cómo podemos teorizar este argumento a nivel global?” Aunque tu profesor no haga preguntas de discusión usando este vocabulario, aún puedes mapear cómo avanza una conversación —y cómo puedes ayudarla a avanzar— siguiendo los pasos de esta visión.
Puedes pasar de una conversación en clase —o de cualquier conversación, en realidad— a escribir tu propia lectura detallada, que luego puedes enviar a alguien: probablemente a un instructor, pero también a un editor, un familiar o un amigo. Enviar a alguien una lectura detallada —o cualquier cosa que hayas escrito, en realidad— es un acto de esperanza. La esperanza implica riesgo, y el riesgo hace que sea estresante enviarle tu escritura a alguien. Puedes mitigar el riesgo presentando argumentos sólidos y hábiles con la ayuda de este manuscrito.
Pero el riesgo siempre está en pedir una conversación. Para que una petición así tenga éxito, necesitas demostrar que realmente quieres una conversación, que te importa el asunto en cuestión. Tu interlocutor necesita oírte decir algo como: quiero que veas esto porque me importa; me importa, y me importa si a ti te importa. Para que una invitación a la conversación funcione, necesitas escribir sobre algo que te importe: piensas que algo de un texto debe entenderse de cierta manera y dedicas tiempo, esfuerzo y cuidado para decirlo. Al fin y al cabo, una de las cosas que hace la lectura atenta es permitirte averiguar cómo hablar de cómo te hace sentir un poema. Descubres cómo te sientes y cómo piensas, y le preguntas a tu lector si siente lo mismo que tú, si piensa como tú, y si no, ¿por qué no?
Cuando nos quedamos atrapados en nuestra propia escritura, recordamos que Dante hace que su querida Beatriz recite algo así como un lema: amor mi mosse, che mi fa parlare —el amor me conmovió, eso me hace hablar. Esto puede parecer muy diferente a un deber, pero ¿puedes pensar en cómo el amor te hace hablar? ¿Qué ves en el texto que te importa? ¿Qué te sientes obligado a decirle a alguien que quizá no lo vea, o no lo vea como tú? Cuando nos atascamos, nos gusta empezar un nuevo párrafo como si fuera una carta dirigida a alguien a quien queremos: “querida ____…”.
Una lectura atenta debería implicar riesgo. Todo lo valioso lo hace. Te animamos a que te tomes en serio la tarea de situarte entre dos personas y pensar en ellas. Alguien te ha invitado a pensar con ellos: quien haya escrito el texto. Alguien te ha invitado a pensar en ellos: quien haya escrito el texto en cuestión. Permite que algo del texto te importe. Escribe sobre lo que te importa. Entra en la conversación de buena fe e invita a un tercero: tu lector. Cada uno se expone a malentendidos. Pero la recompensa, si funciona, es la comunidad intelectual.
Referencias
[1] Leonard Cassuto (2024) Academic Writing as if Readers Matter. Princeton University Press
