Texto universitario

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Capítulo 2 



2. La razón 


Cada cerebro es inusual. Sin embargo, nuestra propia inusualidad se ha destacado un par de veces. Tenemos una estrecha conexión con las palabras escritas. Para nosotros, es fácil recordar si podemos imaginar al leer palabras y recordar. Una vez en quinto grado nos dieron alrededor de cuarenta y cinco minutos para memorizar un poema. Lo miramos al poema y, en pocos segundos, levantamos la mano y dijimos: “estoy listo". Cuando llegamos allí, recitamos el poema; el profesor pensó: “bueno, eso no puede ser. Él debe haber conocido el poema". Entonces, nos dio otro poema y, de nuevo, lo imaginamos de inmediato. Eso es notable, pregunto, ¿cuál es tu secreto? Puede haber un aspecto visual en ello. Tendemos a agrupar palabras. De la misma manera en que muchas personas pueden leer una palabra o una frase instantáneamente en un bloque de texto. Pero también ayuda que nos sintamos cerca en la intimidad de la literatura. El sentimiento es parte de la memoria, y la memoria es parte del sentimiento. No hay forma de recordar algo a menos que cause una emoción. Creemos que eso ayuda a que las palabras sean memorables.


Creemos además, que solo somos conscientes de una sola cosa a la vez. Existe este aspecto unitario de la conciencia, pero esto no significa que no podamos procesar muchas cosas en paralelo, incluso si solo somos conscientes de una cosa a la vez. Muchos científicos creen que se vuelven hábiles procesando cosas en paralelo, ejecutando muchas corrientes diferentes de pensamiento simultáneamente. Hay momentos en los que estar alerta es algo flotante, y hay momentos que se requiere su atención y compromiso al mismo tiempo con estar enfocado[1].


Tratar de conocer de dónde vienen los sentimientos. Esta podría ser una de las preguntas más profundas que podemos considerar como seres humanos: ¿cómo es posible que un objeto que tenga un sentido subjetivo interno además tenga sentimientos? De alguna manera, esta pregunta (quizás sin respuesta) todavía puede guiar nuestro interés en la ciencia. Es a partir del desarrollo de la química del tejido hidrogel, una técnica en la que construimos hidrogeles dentro de las células de los tejidos que se abre una ventana. Esto significa que hicimos los humanos geles parte del tejido cerebral. La tecnología nos permite llegar al cerebro mientras lo mantiene intacto, y podemos ver con increíble detalle todas las moléculas y células que componen todo el sistema[2]. 


Es posible por primera vez, encender y apagar las células nerviosas. Esa es tecnología llamada optogenética[3]. Nos permite utilizar la luz para encender o apagar las células cerebrales (neuronas). Mucha gente piensa en la luz como una forma de recopilar información sobre algo. Tomamos microscopios o telescopios. Utilizamos luz para recopilar información sobre el mundo. Pero la optogenética es todo lo contrario. Usamos la luz para controlar la biología, para poner información en el cerebro y hacer que las cosas sucedan. ¿Cómo funciona esto? Los científicos toman genes, fragmentos muy especiales de ADN de algas, plantas o bacterias. Estos genes codifican proteínas que convierten la luz en electricidad: plasmones. Luego, las proteínas absorben fotones (partículas de luz) y permiten que las partículas cargadas o iones fluyan a través de la superficie de una célula. Toman esos trozos de ADN y los ponen en los cerebros de los animales. Las neuronas comienzan a producir estas proteínas, que son reguladores activados por la luz del flujo de iones. Incluso podemos decirle a algunas células que produzcan las proteínas y a otras que no las produzcan. Esto nos da un gran poder, porque las células que tienen el gen se encenderán o apagarán por la luz.


¿Y de qué sirve esto? Es una herramienta de exploración. Es una forma de ponderar al cerebro para comprender cómo funciona[4]. Estamos aprendiendo qué células hacen qué, cómo se resuelven las contradicciones, dónde se sitúan los sentimientos positivos y negativos. Hemos obtenido estructuras cristalinas de ultra alta resolución de estas proteínas, por lo que podemos ver cada átomo en su lugar. Podemos hacer preguntas simples que nunca antes pudimos hacer. Ya sabes, ¿qué hace esta célula?, ¿cómo le habla esta célula a esa célula? y ¿cómo afecta realmente el comportamiento?


Eso es ahora. ¿Hacia dónde se dirigen las cosas? Creemos que veremos estudios del comportamiento cada vez más complejos. Ya los humanos podemos probar cualquier aspecto del comportamiento de los mamíferos u otros animales. En el futuro, veremos ideas para nuevos tipos de tratamiento contra el estrés. Una vez que sepamos qué causa un síntoma, con lo que brinda la optogenética podremos diseñar cualquier tipo de intervención o terapia.


¿Podría la gente ser modificada de tal manera que cambien sus inclinaciones, capacidades o prioridades? Es teóricamente posible. Lo hacemos en animales de laboratorio todo el tiempo. Podemos cambiar cualquier cosa que queramos sobre lo que un animal quiere hacer o lo que hace.


2.1 ¿Por qué son tan importantes las historias? 


Así es como los seres humanos se entienden y se relacionan entre sí. La historia de la optogenética es una historia con la que cualquiera puede relacionarse: luz, plantas y sentimientos. Enseña a la gente sobre el valor de la ciencia básica, de comprender todo sobre nuestro mundo por sí mismo y todo lo que puede surgir de eso, lo inesperado, lo poderoso, lo transformador.


¿Ves la ciencia y el arte conectados de alguna manera? La ciencia y el arte están particularmente conectados, creemos, a través del cerebro. Solo piensa en los sentimientos que las personas, las palabras artísticas, pueden despertar en los seres humanos. Todo eso sucede a través de las células. El cerebro de alguna manera convierte el arte y las palabras en sentimientos. De alguna manera, esa es la esencia de la neurociencia. También es la esencia del arte.


Recuerdas muchas, muchas cosas. Debes estar absolutamente lleno de emoción. Al principio, cuando estábamos enseñando, nos criticaban por no estar lo suficientemente en el aula, por estar escribiendo. Sin embargo, eso fue difícil para nosotros, porque nos habíamos entrenado para ser muy curiosos. Gran parte de la vida, desempeñamos el papel de poeta, profesor y escritor. Estos no son roles tradicionalmente emocionantes, ¿verdad? Son roles en los que en realidad es mejor ser más una pizarra en blanco, una roca sólida, como dijera Michel Foucault en “Arqueología del saber: “las regularidades discursivas[5]”. ¿Por qué sigues trabajando como escritor? Ser escritor es parte de nuestras identidad, es parte de lo que somos. Nos gustan las historias de las personas. Comprender sus realidades. Ayudar con la poesía o la ciencia. Es solo parte de lo que somos.


Por supuesto, siempre hay cosas que salen mal. Nos toca tener nuestras derrotas y nuestros desastres. Pero cuando algo sale mal en un dominio, todavía tenemos otros dominios que nos llenan de pasión. Ellos son increíbles. En ellos está absolutamente la cima de su extrema creatividad productiva: ciencia y arte. 


Se necesita estar seguro de lo que necesitas y lo que quieres en la vida, y lo que quieres, por ejemplo, de tu pareja, y ser capaz de adaptarte al otro. Además, diferentes reglas funcionan para diferentes personas. Creemos que solo requiere una comunicación honesta y una buena planificación crear un diseño discursivo. Al principio, las personas veían lo que estábamos tratando de hacer y decían cosas como “esto no va a funcionar” o “hay unos diez diferentes motivos para fracasar”. No tener una respuesta es un momento estresante, pero podríamos resolver estos otros problemas y hacer que todo funcione.


La esperanza y la creencia de que lo estamos haciendo importa. Cuando la vida te ha llevado a un lugar donde puedes hacer algo que importa, es un privilegio. No debe tomarse a la ligera. Sabíamos que este trabajo era algo que podría ser importante para la humanidad. Era más como una responsabilidad de ver lo que era posible. Nos tomó alrededor de cinco años después de que esto sucediera, pero durante ese tiempo la idea era que esta era nuestra vocación. Aquí era donde la vida nos había llevado, a ser escritores universitarios.



[1] Aponte, Yeka. (2021). Illuminating the brain: an interview with Karl Deisseroth. Neurophotonics. 8. 10.1117/1.NPh.8.4.040401.

[2] Sinha, Sauradeep & Ayushman, Manish & Tong, Xinming & Yang, Fan. (2022). Dynamically Crosslinked PEG Hydrogels Reveal a Critical Role of Viscoelasticity in Modulating Glioblastoma Fates and Drug Responses in 3D. Advanced healthcare materials. 12. e2202147. 10.1002/adhm.202202147.

[3] Merlin, Sam & Vidyasagar, Trichur. (2023). Optogenetics in primate cortical networks. Frontiers in Neuroanatomy. 17. 10.3389/fnana.2023.1193949.

[4] Zhang, Hanci & Fang, Hui & Liu, Deqiang & Zhang, Yiming & Adu-Amankwaah, Joseph & Yuan, Jinxiang & Zhu, Jianping. (2022). Applications and challenges of rhodopsin-based optogenetics in biomedicine. Frontiers in Neuroscience. 16. 10.3389/fnins.2022.966772.

[5] Foucault, Michel (2013) La arqueología del saber. Siglo XXI, México.